
Pese a alargar la recesión al próximo año, el Gobierno recorta la previsión de destrucción de empleo.
El Gobierno fijó ayer el límite de gasto no financiero para 2013, sobre el que girarán los Presupuestos del próximo año y clave para cumplir la senda de consolidación presupuestaria que debe acometer el país a instancias de la UE, rescatadora de nuestra banca. Pese al esfuerzo del Gobierno en adelgazar el techo de gasto en un 6,6 por ciento interanual, hasta los 73.255 millones de euros, los intereses de la deuda y las aportaciones a la Seguridad Social elevan este límite de gasto hasta los 126.792 millones de euros, un 9,2 por ciento sobre 2012.
Los intereses de la deuda supondrán 9.114 millones y las aportaciones que apuntalen el equilibrio de la Seguridad Social ascienden a 6.683 millones. Ambas cuantías, unidas al límite de 73.255 millones, suman un tope de gasto no financiero total de 126.792 millones. De este modo, la reducción del 6,6 por ciento se convierte en un alza del 9,2 por ciento. Es la factura que pasa la debilidad de los ingresos por cotizaciones fruto de la anemia económica y el alto coste de la financiación consustancial a la posición española en la crisis de deuda soberana.
El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, recordó durante la presentación de estas cifras tras el Consejo de Ministros que el techo de gasto fijado ayer servirá para que los Parlamentos de las comunidades autónomas comiencen a trabajar en sus propios topes de gasto. Y reiteró el mensaje de que todas las comunidades autónomas habrán de cumplir con su meta de déficit.
Menos gasto ministerial
Por otro lado, las cuentas presentadas ayer por el Gobierno arrojan una reducción del gasto ministerial en línea con el aplicado en 2012. Así, su presupuesto será de 31.057 millones de euros en 2013, un 12,2 por ciento menos que este año, una vez excluidas las obligaciones de ejercicios anteriores y las aportaciones a los Servicios Públicos de Empleo (SPEE) y la Seguridad Social.
Tras la flexibilización otorgada por la UE, los nuevos objetivos de déficit serán del 6,3 por ciento en 2012, del 4,5 en 2013 y del 2,8 en 2014. En su desglose por Administraciones, el Gobierno prevé que las CCAA regresen al superávit en 2015. Como contrapartida a la relajación de Bruselas confeccionará la senda de consolidación presupuestaria bienal para el periodo 2013-2015.
El Consejo de Ministros de ayer, además de fijar la cifra base de los Presupuestos, recalculó sus previsiones macro. Montoro, destacó que nuestra economía está incursa en la segunda recesión más grave de la historia de España.
Se alarga la recesión
La única buena noticia del nuevo cuadro macro es que el Gobierno prevé que la economía caiga menos de lo previsto este año. Reduce el batacazo del -1,7 estimado en abril al -1,5 por ciento. El resto, más debilidad económica. De hecho, frente a una previsión anterior de un exiguo crecimiento del 0,2 por ciento en 2013, ahora el Ejecutivo da por hecho que la economía española seguirá cayendo en 2013 a un ritmo del 0,5 por ciento, y aplaza hasta 2014 la vuelta al crecimiento, con una estimación del 1,2 por ciento. Aun así, y pese a reconocer que se seguirá destruyendo empleo y agravar las expectativas sobre el paro que hizo en abril, el Gobierno prevé una ligera rebaja de la tasa de paro del año próximo, desde el 24,6 por ciento de este año hasta el 24,3 por ciento en 2013. Ello aunque la última Encuesta de Población Activa, del primer trimestre, arrojaba ya un índice de desempleo del 24,44 por ciento. El Gabinete mantiene la previsión de destrucción de empleo para este año en el -3,7 por ciento, aunque la reduce del -0,4 al -0,2 por ciento en 2013.
Montoro destacó durante la presentación de las nuevas cifras macro del Ejecutivo que por primera vez en 2013 España no tendrá necesidad de tomar recursos del resto del mundo, siendo "ligeramente excedentaria" con un 0,5 por ciento. Eso sí, también destacó el ministro que será difícil apuntalar el equilibrio en la Seguridad Social.
Batacazo del consumo público
El equipo económico de Mariano Rajoy proyecta una caída del consumo privado similar este año y el próximo, del 1,5 y el 1,4 por ciento respectivamente, aunque retornará a tasas positivas en 2014 y 2015. Asimismo, vaticina una "fuerte caída" del consumo de las administraciones públicas el año próximo, del -8,42 por ciento, coherente con la austeridad pública pretendida.
Respecto del sector exterior, se espera que crezcan las exportaciones a la Unión Europea, mientras que las importaciones seguirán acusando la debilidad de la demanda. Como consecuencia, el año próximo la aportación del sector exterior será similar a la de este año.
Emplazó Montoro la salida de la recesión para los años 2014 y 2015, y puntualizó que el PIB nominal estaría en positivo el año próximo mientras que éste seguirá en negativo por la "estrechez de la recaudación tributaria".
Aprovechó el titular de Hacienda para reiterar su compromiso perenne con la estabilidad presupuestaria. Porque, a su juicio, precisamente la dureza de la coyuntura por la que atraviesa España conmina a perseverar en los ajustes. Si no corregimos el déficit, tendremos recesión mucho tiempo por no poder financiar nuestra economía, precisó el ministro.
Recordó Montoro, además, que el techo de gasto se remitirá a las Cortes la próxima semana y que "estamos ante unos Presupuestos difíciles", pero que la única manera de abordarlos es "tomar medidas restrictivas, duras y de sacrificio para todos". "Ésa es la única manera, no ya de financiar correctamente el Estado, sino de abrir el camino de la recuperación", zanjó. E indicó que está seguro de que ya queda muy poco margen de maniobra en las cuentas públicas. "Estamos viviendo una estrechez enorme".
Desproporción autonómica
A este respecto indicó el titular de Hacienda que el gasto del Estado equivale ya a un poco más que el de una comunidad autónoma media. En consecuencia, el ministro no rebajó ni un ápice su discurso de disciplina dirigido a las comunidades autónomas. Al contrario. Incluso negó recurrir a aplicar paños calientes. Admitió que no quiere mandar un mensaje demasiado "tranquilizador" a las autonomías para reiterar que todas las Administraciones habrán de cumplir con el objetivo de déficit. No obstante, calificó de positivas las reuniones bilaterales de seguimiento de las cuentas públicas que Hacienda está manteniendo con los homólogos autonómicos más concernidos por la necesidad de reconducción de sus desequilibrios.