El Índice de Precios de Consumo (IPC) se elevó en febrero en China hasta el 8,7 por ciento interanual, la tasa más alta en casi doce años, según ha anunciado hoy el Buró Nacional de Estadísticas. De nuevo, el precio de los alimentos, especialmente del cerdo, ha sido el principal responsable de este incremento.
La cifra está por encima de la previsión del 8,3 por ciento efectuada hace unos días por el Banco Popular de China (central). La acusada subida del IPC estuvo motivada por el incesante encarecimiento de la comida y el temporal de nevadas que asoló al país entre enero y febrero, dijo Yao Jingyuan, economista jefe del Buró, citado por la agencia estatal, Xinhua.
El mes pasado, el precio de la comida se incrementó el 23,3 por ciento, arrastrado una vez más por la carne de cerdo, que se encareció el 63,4 por ciento, y las verduras, cuyo precio subió un 46 por ciento. El precio de los artículos no alimenticios subieron un 1,6 por ciento respecto a febrero del 2007.
Objetivos del gobierno
La inflación china fue del 4,8 por ciento en 2007, muy por encima del 3 por ciento que se había impuesto como objetivo el Gobierno y a pesar de las medidas de ajuste monetario que se tomaron para controlar los precios. El país no alcanzaba subidas del IPC del 8 por ciento desde 1996, y en mayo de ese año se estableció el último récord mensual del 8,9 por ciento.
La inflación se ha erigido en uno de los principales quebraderos de cabeza del Gobierno de Pekín y el propio primer ministro Wen Jiabao subrayó ante la Asamblea Nacional Popular (Legislativo, que celebra su sesión anual estos días) su compromiso de combatir la inflación, "el problema que más preocupa a las masas".
Según Wen, el histórico aumento del IPC está vinculado al "agravamiento del desequilibrio de la economía global, la cada vez mayor competencia internacional, la continua devaluación del dólar, la crisis de las hipotecas en EEUU y el aumento de los riesgos en los mercados financieros".