
El mercado se fue dejando invadir ayer por la desconfianza ante los ambiguos resultados de la cumbre que la semana pasada celebraron en Bruselas los líderes de los veintisiete países de la Unión Europea (UE). Tras celebrar el viernes a bote pronto los resultados del Consejo Europeo, van lastrando el ánimo de los inversores los análisis según los cuales los acuerdos alcanzados son como un queso de gruyère con más agujeros que alimento.
La insuficiente dotación de los mecanismos de la zona euro para rescatar a los países y bancos en apuros vuelve a ser la principal crítica que circula, apenas se mira más allá de si los resultados de la cumbre supusieron una victoria arrancada a Alemania por Francia, Italia y España; o si fue poco más que una simple limosna de la conservadora Angela Merkel, canciller de Alemania, a sus homólogos pedigüeños del sur: el socialista François Hollande, presidente francés; el tecnócrata Mario Monti, jefe del Gobierno italiano; y el conservador Mariano Rajoy, presidente de España.
Tras quemar parte de sus cartuchos en los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal, los mercados calculan que en el actual fondo de rescate provisional y en el futuro fondo de rescate permanente (Mede o Mecanismo Europeo de Estabilidad) podría haber suficiente dinero para reflotar a España, siempre que el Estado no necesite un rescate completo y sus necesidades no vayan mucho más allá de las de sanear su banca.
El rescate de Chipre no inquieta a nadie: el viceministro de Asuntos Europeos de Chipre, Andreas Mavroyiannis, cifró ayer, en Bruselas, en 23.000 millones de euros la "exposición global" de los bancos chipriotas a la crisis griega, una cantidad tan pequeña como el país.
El temor sigue siendo que Italia quiebre y salte la banca. Y la idea que desencadena sudores fríos es que en su caída, ibéricos y transalpinos arrastren a una Francia cuyo presidente aún debe dar muestras creíbles de ser capaz de embridar su déficit y deuda pública. Máxime una vez que ayer la República gala revisó a la baja sus previsiones de crecimiento económico para este año y el que viene.
De la cumbre de la semana pasada no salió ni un posible aumento de los fondos de rescate, ni la posibilidad de apalancarlos vinculándolos al Banco Central Europeo (BCE) para que tengan un acceso ilimitado a Fráncfort. La fragilidad de la zona euro quedó, por tanto, pendiente de ser resuelta por enésima cumbre consecutiva.
La entrada en vigor del pacto de que los fondos de rescate puedan recapitalizar directamente a los bancos en apuros sin lastrar la deuda y el déficit públicos de los Estados, tal y como defendía España, depende ahora de una negociación para crear una unión bancaria continental y un sistema de supervisor único. Negociación que podría durar meses o incluso años.
La Comisión Europea no se aventuró ayer a dar una fecha posible para que los acuerdos echen a andar. Aunque fue todo un alivio que al menos defendiera que para poder ejecutar rescates directos de la banca no será necesario enredarse en una reforma del Tratado que establece el fondo de rescate permanente. Las reformas de los Tratados en la UE son siempre sinuosas e impredecibles.
El Ibex 35 ganó ayer un 0,31 por ciento y cerró en 7.124 puntos tras protagonizar una jornada de ida y vuelta continua entre las ganancias y las pérdidas. La prima de riesgo -que marca la desconfianza hacia el Estado español y su deuda- tras cerrar el viernes en 475 puntos básicos, subió ayer hasta 486 y el bono arrojó un tipo de interés del 6,3 por ciento, aupada por la confusión creada por el posible pero no factible veto de Holanda y Finlandia.
Alemania
El Tribunal Constitucional alemán celebrará el 10 de julio una vista sobre el Mecanismo Europeo de Estabilidad y el Pacto fiscal de la Unión Europea. El Bundesverfassungsgericht ha recibido hasta seis recursos que pretenden frenar la aplicación del fondo de rescate permanente.
El partido de la oposición Die Linke (La Izquierda); la asociación Más Democracia, que agrupa a 12.000 ciudadanos; y el político conservador bávaro, Peter Gauweiler, son algunos de los demandantes. Otro es un grupo cercano al profesor de derecho público y economista, Karl Albrecht Schachtschneider, quien en 1998 interpuso una demanda contra el euro. Otros demandantes son personas privadas cuyo nombre no ha trascendido.
Los jueces decidirán si atienden los argumentos de los demandantes, que denuncian una "cesión ilegal de soberanía" a Bruselas. La entrada en vigor de los mecanismos de rescate queda suspendida hasta que el constitucional alemán pronuncie la sentencia final. Y no podrá ponerse en marcha el 9 de julio, tal y como estaba previsto.
El pasado viernes el parlamento alemán y la cámara alta aprobaron con amplia mayoría el Mecanismo Europeo de Estabilidad y el Pacto fiscal de la Unión Europea. A pesar de las demandas, la incertidumbre que generan y el rechazo popular que muestran, no se espera que el Tribunal Constitucional alemán, con sede en Karlsruhe, bloquee estos mecanismos que tienen que financiar los rescates de España y Chipre.