
Grecia busca reducir impuestos, prestar más ayuda a pobres y desempleados, congelar los despidos del sector público y más tiempo para recortar su déficit, según el programa del nuevo Gobierno, que se podría topar con una fuerte oposición en la próxima cumbre de la UE, a la que no asistirá el primer ministro Samarás, convaleciente de una operación.
El programa del Gobierno de coalición reflejó la presión pública para relajar los términos de un paquete de rescate de 130.000 millones de euros, que salvaría a Grecia de la bancarrota pero sólo a costa de duras medidas de austeridad.
De ser aplicado en su totalidad, el nuevo programa gubernamental desbarataría muchas medidas de austeridad que el país acordó en febrero para obtener al paquete de rescate, el segundo desde 2010.
Los socios de la zona euro han ofrecido ajustes pero no revisar radicalmente las condiciones del rescate, y el principal contribuyente, Alemania, ha mostrado una particular resistencia a las peticiones de benevolencia de Grecia.
El programa para Atenas incluye una solicitud para recapitalizar al quinto prestamista del país, ATEbank, el banco agrícola de Grecia que según fuentes europeas se encuentra entre los varios prestamistas que la Comisión Europea quería que desapareciera.
El programa, acordado por líderes de la coalición de tres partidos tras la elección del 17 de junio, afrontará su primera prueba en la cumbre de la Unión Europea que comienza el próximo jueves y que estaría dominada por la crisis de deuda iniciada en Grecia y que ahora amenaza con envolver a Italia y España, la tercera y cuarta economía de la zona euro, respectivamente.
Los inspectores de la "troika" encargada de revisar el progreso de la reforma en Grecia, de la Unión Europea, el banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI), tienen previsto volver el lunes a Atenas para revisar el progreso del país.
Responsables de la zona euro han afirmado que el paquete de rescate debería ser revisado sólo para reflejar la pérdida de tiempo en dos elecciones desde inicios de mayo y una recesión más profunda de lo esperado.
"El objetivo general es que no haya mayores reducciones en los salarios o las pensiones ni más impuestos", dijo el programa del Gobierno griego.
El programa exige una rebaja en el actual impuesto sobre el valor añadido (IVA) del 23 por ciento para restaurantes y agricultores, congelar los despidos en el sector público y que los beneficios por desempleo sean pagados por dos años en lugar de uno.
El Gobierno también solicitará dos años más, hasta 2016, para reducir su déficit presupuestario a un 2,1 por ciento de la producción económica nacional desde un 9,3 por ciento en el 2011, una extensión que requeriría financiación exterior adicional.
La coalición reúne al partido conservador Nueva Democracia, al socialista PASOK y a la Izquierda Democrática en una alianza que tendrá ante sí la constante presión de una oposición liderada por el bloque radical de izquierda Syriza.
Samarás, ausente de la cumbre de la UE
Por otra parte, el nuevo primer ministro griego, Antonis Samarás, se ausentará de la cumbre de la Unión Europea de la próxima semana en Bruselas al seguir convaleciente de la intervención quirúrgica a la que fue sometido ayer por un problema de retina, según informó el portavoz del Gobierno griego Simos Kedikoglu.
Al encuentro tampoco acudirá el nuevo ministro de Finanzas, Vasilis Rapanos, quien continúa hospitalizado, aunque fuera de peligro, a raíz del desmayo que sufrió el viernes.
En lugar de Samaras, el país estará representado por el ministro de Exteriores, Dimitris Avramopoulos y el ministro de Finanzas saliente, George Zanias, acudirá en sustitución de su sucesor.