
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha insistido en que el Gobierno decidirá "cuál es la fórmula más adecuada" para recapitalizar la banca española una vez cuente con el informe del Fondo Monetario Internacional, que podría llegar hoy, y de dos tasadores independientes sobre las necesidades del sector.
Tras clausurar unas jornadas sobre el 'Contubernio de Munich' en la Casa de América, García-Margallo ha reaccionado a la información de la agencia Reuters, según la cual España pediría este sábado ayuda al fondo europeo de rescate para recapitalizar su banca.
"Vengo de la reunión del Consejo de Ministros. No se ha hablado de esto. Nadie está en esa hipótesis. Estamos esperando en estos momentos no un rescate, la operación en la que estamos es la evaluación de las necesidades de la banca española", ha aseverado.
Según el ministro, cuando el Gobierno tenga el informe del FMI, el cual espera "hoy", y de dos consultoras internacionales a las que les ha encargado otro estudio "entonces se verá cómo se resuelve el tema, cuando veamos cuáles son las necesidades de financiación", ha añadido.
García-Margallo ha asegurado que "en ningún caso se ha hablado jamás de un rescate de la economía española" porque ni España lo necesita "ni la facilidad de rescate europea tendría fondos suficientes para España".
Un Tesoro y un Fondo Monetario
La UE podría crear un Tesoro y un Fondo Monetario que emitiera "bonos mancomunados" sin que fuera necesario en una primera fase cambiar los tratados, ha defendido el ministro, que ha hecho una reflexión sobre el camino que debería recorrer la UE para salir de la actual crisis de deudas soberanas.
En su opinión, "no habrá una Europa sana, una unión monetaria sana, si no se sustenta a la vez en tres pilares", la "austeridad presupuestaria", la "solidaridad para hacer soportable las cargas financieras que soportan determinados países y desde luego la voluntad crecer todos juntos".
Por eso ha defendido que la UE actúe de aquí en adelante en varias fases. "A corto plazo", hay que facilitar la "financiación de los países que están atacados por la especulación de los mercados", es decir, el Banco Central Europeo "tiene que cumplir las misiones que corresponden a un banco central y comprar deuda cuando la deuda esté amenazada por la presión de la especulación".
A medio plazo, sería necesario poner en marcha un plan de tres fases, y solo en la tercera cambiar los tratados. La primera fase consistiría en "hacer converger las economías de Europa para que no existan estas diferencias que hacen imposible la convivencia". También ha abogado por "desplazar el exceso de deuda", aquel que supera el límite del 60 por ciento, "a un fondo a largo plazo como se hizo con éxito en América Latina".
En la segunda fase, ha continuado, sería necesario "avanzar mucho más" hacia un verdadero gobierno económico como existe en todos los países de nuestro entorno. Eso exigiría "poner en marcha un departamento de la deuda, una agencia del tesoro, un fondo monetario europeo que emita eurobonos, bonos mancomunados europeos, y eso es una solución económica, pero también política".
En este sentido, ha recordado que los Estados Unidos de América "nacieron cuando las 13 colonias decidieron mutualizar la deuda que habían contraído en la Guerra de la Independencia con los británicos".
"El mercado espera un signo de que queremos estar juntos. Ése es el signo", ha advertido y ha precisado que solo en una tercera fase "habría que modificar los tratados" para convertir esos "eurobonos mancomunados a eurobonos auténticamente solidarios". "Y habría que pensar en una sola representación del euro en el exterior en un mundo en que el orden monetario va a estar sujeto a revisión de un momento a otro", ha concluido.