Economía

Bruselas quiere que los bancos se paguen sus propias quiebras en el futuro

  • La Comisión Europea presenta hoy su propuesta para el sector financiero
El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier. Foto: Archivo

La Comisión Europea presenta hoy su propuesta estrella para la gestión de futuras crisis bancarias. Supone el embrión de un futuro fondo financiero para dar un respiro a las entidades con problemas creando una red europea de fondos nacionales con dinero de los propios bancos, que podrán usarse de manera solidaria en el caso de que haya quiebras.

Bruselas desea que sea un primer paso para mejorar la eficiencia y la cohesión en el sector financiero europeo, y garantizar que los bancos en apuros puedan resolver sus problemas preservando la estabilidad del sistema financiero y reduciendo los costes para los contribuyentes, y que éstos sean asumidos en mayor medida por los accionistas y acreedores. De hecho, esta iniciativa completa la hoja de ruta en la que se incluían las reformas del sector financiero puestas en marcha a partir del año 2009.

El dinero para poner en marcha este mecanismo se obtendría de las propias entidades financieras, a las que se les impondría la obligatoriedad de prestarse entre sí. "A corto plazo se crearán fondos nacionales, aunque se mutualizarán aquellos fondos correspondientes a los bancos transfronterizos", señaló una alta funcionaria de la Comisión Europea.

El siguiente paso sería la creación de un fondo europeo de resolución que las máximas autoridades europeas aspiran crear en un futuro en el marco de la unión bancaria que promueven. Esos fondos se financiarán con contribuciones de la banca y de firmas de inversión y su propósito es facilitar una reestructuración o liquidación ordenada de un banco insolvente y no rescatarlo o otorgarle una ventaja injusta desde el punto de visto de la competencia, añaden.

Otra cosa muy diferente es el fondo de rescate supranacional del que se ha hablado últimamente y que España desearía poder utilizar para que los bancos pendientes de restructurarse puedan recibir dinero sin que ello implique que el país deba pasar por un rescate formal, como ha ocurrido con Grecia, Irlanda y Portugal.

Plan para el futuro

La propuesta que presentará el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, no es por tanto una respuesta a las turbulencias que se están produciendo en los mercados financieros de las últimas semanas ni a los problemas de entidades financieras determinadas, como es el caso de la española Bankia.

Pero sí sería un primer paso para resolver un problema que se ha combinado de una forma diabólica con la crisis de la deuda soberana. El propio Banco Central Europeo ya ha advertido de que no es suficiente poner en marcha una red europea de mecanismos de resolución, sino que habría que fusionarlos y crear un fondo de liquidación único para las entidades sistémicas.

En el peor de los casos, la Comisión Europea prevé que los acreedores asuman parte de los costes mediante la aplicación de un descuento sobre su deuda y para cubrir los costes que no puedan ser asumidos por ellos se recurriría al fondo de liquidación o resolución, que no entrará en vigor hasta el año 2018.

La supervisión, la clave

Pero las claves son la supervisión del sector por parte de los Gobiernos y la garantía de depósitos. En el caso de pérdidas, primero se usará el capital de la entidad, después el de máxima calidad, a continuación la deuda del banco, y por último, la de acreedores y accionistas.

Los depósitos quedarán garantizados pero para poner en marcha este fondo preventivo, los Estados tendrán que recolectar el equivalente del 1 por ciento de los depósitos bancarios de la Unión Europea, bajo la forma de un pago anual.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky