Roma, 5 mar (EFECOM).- El Gobierno italiano en funciones y la patronal se han enfrentado hoy por un decreto ley que prevé penas de hasta dos años para los empresarios que no cumplan las normas de seguridad en el trabajo, en un día en el que se ha celebrado una manifestación contra los accidentes laborales.
El decreto de seguridad en el trabajo, que previsiblemente se aprobará mañana, contiene medidas para aumentar la prevención, la vigilancia, las inspecciones y las sanciones en caso de accidente laboral.
Se trata de una ley que contiene 300 artículos y reordena 50 años de legislación sobre el asunto.
La medida se toma para intentar atajar la siniestrabilidad laboral en un país donde se registran más de cien muertos al mes, según los últimos datos de que dispone Italia, los de 2006, año en el que se registraron 1.341 víctimas mortales.
Además, el decreto ley se adoptará apenas cuatro días después de que cinco trabajadores murieran intoxicados por azufre en una cisterna de un polígono industrial en el sureste del país.
Pero los empresarios han protestado contra la ley, ya que la consideran "desproporcionada", tanto en las medidas de prisión, como en las multas de hasta 15.000 euros para los que no cumplan las normas.
"El agravamiento de las sanciones es inaceptable", aseguró Maurizio Beretta, vicepresidente de la patronal italiana, Confindustria.
Otro vicepresidente de esa organización, Alberto Bombassei, se mostró "indignado", ya que a su juicio "las tragedias no deben crear divisiones y contraposiciones" y acusó al Gobierno de "demagogia".
La respuesta llegó tanto del Gobierno como de los sindicatos.
El ministro para el Desarrollo Económica, Pier Luigi Bersani, señaló que el decreto "representa una decisión significativa a la luz de los hechos dolorosos registrados".
Su colega para la Solidaridad Social, Paolo Ferrero, remachó que "la indignación es sólo la de los industriales que no quieren una ley de seguridad que tutele a los que arriesgan la vida; es decir, los trabajadores".
El secretario de CGIL, el principal sindicato del país, Guglielmo Epifani, indicó, por su parte, que es "imperdonable" rechazar "una medida que es sacrosanta, que es justa y que no es, de hecho, un castigo a las empresas, sino que garantiza mejor la seguridad y la vida de los trabajadores".
Mientras tanto, miles de trabajadores se manifestaron hoy en Molfetta, ciudad donde se registró el accidente laboral con cinco muertos, y han seguido una huelga general de dos horas, en señal de protesta por la falta de seguridad en el trabajo. EFE
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