
Los socios de la eurozona urgieron hoy a Grecia a formar un gobierno que despeje las dudas sobre su voluntad de cumplir los compromisos adquiridos en el marco del segundo rescate financiero y respaldaron su permanencia en el euro, porque de lo contrario, advirtieron, se cortaría la ayuda internacional.
"No es el momento de relajar los esfuerzos y alentamos a los griegos a solucionar con decisión las debilidades estructurales de su economía", afirmó el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker tras el encuentro celebrado hoy en Bruselas.
En este sentido, reiteró el "deseo inquebrantable" de la eurozona de que Grecia permanezca en el euro y aseguró que los otros 16 socios harán "todo" para que así sea, a la vez que tildó los rumores que apuntan a lo contrario de "sin sentido" y "propaganda".
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, señaló que el segundo rescate es un "pacto de solidaridad", pero advirtió de que esta solidaridad es "un camino de doble sentido" e hizo un llamamiento a Atenas a cumplir con los compromisos adquiridos.
A su llegada al Eurogrupo, varios ministros de Economía de la zona euro aumentaron la presión sobre Atenas para lograr un pacto gubernamental y seguir con las reformas económicas, puestas en entredicho por los partidos que tienen la llave del gobierno.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, advirtió de que las elecciones no cambian las condiciones difíciles a las que se enfrenta Grecia, que necesita implementar las medidas establecidas en el segundo programa para volver a la sostenibilidad económica.
"Grecia tiene que cumplir las exigencias. No tenemos un acuerdo con el Gobierno sino con el país y por eso tienen que cumplir los compromisos", señaló el ministro luxemburgués, Luc Frieden.
"Tenemos un acuerdo y eso significa que se deben cumplir las exigencias. Entonces fluye dinero. Si no se cumplen esas exigencias entonces tampoco fluye dinero", señaló por su parte la ministra austríaca de Finanzas, Maria Fekter.
Un mensaje similar lanzó el ministro de Finanzas irlandés, Michael Noonan, quien fue el único que dejó la puerta abierta a renegociar los términos del programa con Grecia, al instar a Atenas a cumplir con el mismo "con las variaciones que consideren necesarias".