Economía

Alarma por las reservas de grano: están en el mínimo de los últimos 30 años

La reserva actual de trigo de Estados Unidos es la más baja desde 1948. Foto: eE
A finales de 2007, cuando se hablaba ya desde hacía meses de un fuerte encarecimiento de los productos agrícolas -fenómeno bautizado como agflación en el análisis de Merrill Lynch-, todavía era impensable una evolución como la que ha conducido a las cotizaciones del trigo en el Chicago Board of Trade (CBOT) a picos de 12 dólares por costal.

El precio ya había ganado el año pasado el 77 por ciento, llegando hasta los 5,81 euros. Pero, en el mes de febrero, cambió la marcha y todos los días, desde el 4 al 8 de ese mes, subió 30 céntimos, el máximo admisible en una sola sesión.

Últimas subidas

Eliminado este vínculo -el limit up o variación máxima-, la subida fue todavía mayor. El pasado lunes, el grano cerró la sesión con una subida del 5,7 por ciento y después llegó al 8 por ciento (7,88 euros). En menos de dos meses, la subida ha sido del 35,5 por ciento, colocando contra las cuerdas a las franjas más débiles de los consumidores, porque las cifras del CBOT son un punto de referencia reconocido, que lidera incluso los intercambios efectivos.

El mecanismo que condujo a corregir varias veces en pocos días el récord histórico no es nada sorprendente. Los mayores consumos alimentarios en los países asiáticos, donde está mejorando el nivel de vida de sus habitantes, implica una creciente demanda. La competencia de otros cultivos -como el maíz, destinado hoy no sólo a la alimentación humana y animal, sino también a los biocarburantes- frenó la expansión de las áreas destinadas al cultivo del trigo.

El resultado es un margen menor de seguridad alimentaria. Y las consecuencias sobre los precios saltan a la vista, cuando el clima influye negativamente sobre el rendimiento de los cultivos, como está sucediendo con frecuencia en los últimos dos años, afectando especialmente a Australia, pero también a otros países productores.

El encarecimiento estaba, pues, en el aire
. El aspecto más preocupante de la subida de precios es la velocidad con que se presenta. Es un factor que se autoalimenta, impulsando adquisiciones dictadas por el pánico, a las que se añaden otras, ingentes, ocasionadas por la situación general. El flujo de capitales que infla los intercambios en Chicago es, de hecho, el espejo de la desconfianza de los inversores en relación con las bolsas accionariales, y refleja la escasa confianza en las monedas y la fuga del sector inmobiliario de Estados Unidos.

Blindajes

La dirección del dinero ha asumido como objetivo propio, desde hace tiempo, los bienes refugio y los productos agrícolas, considerando a estos últimos como protegidos por el consumo que, objetivamente, es más difícil reducir.

La escalada o subida libre de las cotizaciones en los días pasados sorprendió, pero el encarecimiento puede deberse también a otros motivos contingentes de notable impacto en los mercados. En 2007, Rusia produjo más de 49 millones de toneladas de trigo y espera superar la cuota de los 51 millones este año. Pero en el mes de diciembre, Moscú quiso garantizar los suministros locales, imponiendo a las importaciones una tasa del 40 por ciento, nunca inferior a 105 euros por tonelada.

También China, que acusa los efectos de la sequía en sus regiones septentrionales, aumentó las tasas a la exportación. Y lo mismo hizo Argentina, mientras Ucrania suspendió en el mes de enero la totalidad de sus ventas al exterior.

En cuanto a la India, segundo productor después de China, corre el riesgo de tener que importar este año, a causa del clima, un par de millones de toneladas de grano. En cambio, Kazajstán, quinto exportador del mundo, está preparando tasas aduaneras que podrían ser aplicadas desde esta semana. Akhmetzhan Yesimov, el ministro de Agricultura de Astana, la capital de Kazajstán dijo, de hecho, que teme un excesivo encarecimiento de los precios en el mercado interno, a pesar del récord registrado en las cosechas kazajas en 2007.

Previsiones tranquilizadoras

En teoría, las previsiones globales son más tranquilizadoras. El Canadian Wheat Board considera que este año la producción mundial de grano será de 630,8 millones de toneladas, un nivel jamás alcanzado antes y superior en un 6,2 por ciento al del año anterior. Con todo, las reservas mundiales están a punto de alcanzar valores inferiores a los 110 millones de toneladas, el mínimo desde hace treinta años, y las de EEUU, el primer exportador mundial, se sitúan en torno a los 7,4 millones de toneladas, el nivel más bajo desde 1948.

Un panorama que no desanima a los inversores y que no permite a las empresas bajar la guardia. Algunas consecuencias dramáticas ya se pueden advertir. La semana pasada, en Irak, el Gobierno examinó la exigencia de restringir desde el próximo verano el sistema de racionamiento de los productos alimentarios, una herencia dejada por Sadam Husein.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky