Economía

Krugman: "Romper el euro ahora se pagaría muy caro"

'¡Acabad ya con esta crisis!' es el título del libro en el que premio nobel de Economía Paul Krugman se acerca a la depresión económica en la que vive el mundo desarrollado con la intención de dar respuesta a una pregunta crucial: "Y ahora, ¿qué hacemos? En él, entre otras cosas, expone lo que son sus claves para salvar el euro.

Krugman, euroescéptico manifiesto, cree que a estas alturas romper el euro se pagaría demasiado caro, por lo que recomienda aplicarse en la salvación del mismo. Así lo expone en su libro, de próxima aparición, y cuyo primer capítulo publica esta domingo el diario El País.

Lo primero que habría que hacer para tratar de salvar el euro, según el economista, sería "poner coto a los ataques de pánico. Tiene que haber garantías de una liquidez adecuada. La forma más clara de lograrlo sería que el Banco Central Europeo (BCE) estuviera preparado para comprar bonos gubertamentales de los países del euro".

En segundo lugar, expone que hay que dar "vías realistas de retorno a la competitividad" a los países de Europa que arrastran grandes déficits comerciales, aún asumiendo el hecho de que esto generaría un aumento de la tasa de inflación. Según Krugman, para conseguir este objetivo sería necesaria "una política monetaria muy expansiva" por parte del BCE, además de "un estímulo fiscal en Alemania y en unos pocos países más pequeños".

En tercer lugar, el nobel apunta que los países con problemas de déficit y endeudamiento deberán adoptar "medidas de considerable austeridad fiscal, durante un tiempo, para ordenar sus sistemas fiscales"

Krugman va más allá en sus propuestas para la salvación de la moneda única y, además de mostrar el camino para lograrlo, gusta de analizar las posibilidades que existen de conseguir el objetivo. Es llegado este punto cuando no lo tiene nada claro.

Pese a advertir un panorama más favorable, tras el relevo en la presidencia de BCE y la llegada de Draghi al poder de este organismo, lamenta que países como Grecia, Portugal e Irlanda "sigan excluidos de los mercados de capital privados" y que sigan dependiendo del "insuficiente" dinero proporcionado por Bruselas, el FMI y el Banco Central para tratar de salir adelante; un dinero, por otra parte, gravado con unos intereses de devolución tan elevados que, junto a las exigencias de recortes exigidos para acceder al préstamo, condenan a las naciones en problemas a "pozos aún más hondos".

Krugman también ha criticado que los países europeos con superávit se hayan lanzado a aplicar programas de austeridad, lo cual acaba con la esperanzas de que crezcan las exportaciones de los más débiles.

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