
Tanto el presidente del BCE, Mario Draghi, como su vicepresidente, Vítor Constancio, aplaudieron los recortes emprendidos por España con el objetivo de controlar el déficit público.
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), ha indicado que España está progresando "notablemente" en la implementación de los cambios estructurales para evitar la crisis de la deuda, según lo recogido por Bloomberg.
Lo mismo aseguró que se puede decir de Italia: "Las medidas tomadas por ambos países son notables".
Sus declaraciones se produjeron en Washington, donde asiste a las reuniones que el Fondo Monetario Internacional (FMI). "Aun así, ambos países tienen que seguir trabajando", afirmó Draghi.
Estrategia internacional contra la crisis
La revisión que los responsables políticos europeos están llevando a cabo para resolver la crisis de la deuda en Europa es uno de los cuatros pilares de la estrategia internacional. En esta estrategia también se incluye el aumento del cortafuegos del FMI, la mejora de la gobernanza europea y el mantenimiento en la estabilidad en los precios.
Draghi dijo que la prioridad del BCE es controlar la inflación, mientras que la labor de los gobiernos es "mantener la casa en orden". El presidente del BCE, defendiendo las medidas tomadas por la entidad en la crisis de la deuda, dijo que "su programa para hacer un número ilimitado de préstamos durante tres años a las instituciones financieras tiene como objetivo reducir la contracción del crédito en lugar de reducir la presión sobre los gobiernos".
Por su parte, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Vítor Constancio, descartó la necesidad de un rescate europeo de la economía española y dijo confiar en los efectos positivos de los recortes emprendidos por Rajoy.
Un posible rescate europeo en España "no está en el escenario ahora mismo", dijo el vicepresidente del BCE a Efe en Washington, donde pronunció una conferencia ante el grupo de pensamiento European Institute.
"Nadie conoce la situación exacta porque en un futuro puede cambiar, pero de acuerdo con el presente escenario no contemplamos esta medida", añadió.
En su intervención, Constancio subrayó que la información sobre el país dada por la Comisión Europea y el Gobierno español llevan a descartar "la participación de cualquiera de los mecanismos de intervención de los que dispone Europa".
Pese a ello, el vicepresidente del banco central de la eurozona reconoció que "los instrumentos (de intervención) están ahí evidentemente y, si hace falta utilizarlos, serán utilizados para solucionar posibles problemas en cualquiera de los países miembros".
Constancio defendió las medidas adoptadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy para reducir el gasto y el déficit público como una garantía de que España cumplirá sus compromisos.
"Está claro que el Gobierno español se ha comprometido a conseguirlo y creemos que las medidas que se han tomado en España pueden asegurar los objetivos (de déficit) de este año y del próximo", apuntó.
A escala europea, consideró que las reformas emprendidas por los gobiernos de los estados miembros se han convertido en "instrumentos" complementarios a la política monetaria del BCE para luchar contra la crisis de la deuda soberana y contribuir a la mejora de la economía europea.
Ante un público estadounidense, con representantes del Gobierno de Barack Obama, el vicepresidente Constancio reafirmó las medidas aplicadas por su institución: "No vemos ninguna razón para cambiarlas", aseguró.
Destacó que la máxima voluntad del BCE es contener la inflación, que considera en la actualidad "totalmente controlada", y previó que se mantendría baja durante el actual ejercicio económico.
Para Constancio, el aumento de las reservas de dinero ("base monetaria") en los estados miembro no inducirá a subir los precios de la eurozona porque todavía no hay suficiente demanda en la actividad económica.
"La situación (de la economía europea) no es totalmente normal, todavía necesita mejoras", advirtió.
El vicepresidente del BCE negó que su institución esté dominada por los gobiernos o los actores financieros y sentenció que "no hay ningún riesgo para su independencia".