Economía

Economía/Finanzas.- Bruselas propone una norma para mejorar la seguridad y eficacia de la liquidación de acciones

BRUSELAS, 7 (EUROPA PRESS)

La Comisión Europea ha propuesto este miércoles una norma para regular las entidades responsables de la liquidación de acciones -denominadas depositarios centrales de valores (DCV)- cuyo objetivo es mejorar la seguridad y eficacia de estas operaciones, reducir el tiempo y minimizar los fallos que se producen en el proceso.

"La liquidación es un proceso vital para los mercados de valores y para la financiación de nuestra economía, por lo que es necesario garantizar su seguridad y eficiencia", ha dicho el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier, que ha resaltado que la introducción de una norma común para toda la UE creará un "auténtico mercado único" para este tipo de servicios.

En los últimos dos años, los depositarios centrales de valores liquidaron en la UE operaciones por valor de 1.000 billones de euros, según los datos de Bruselas. Por ello, la Comisión considera que se trata de "entidades sistémicamente importantes" para los sistemas financieros.

Pero en estos momentos sólo están regulados a nivel nacional y la liquidación transfronteriza resulta menos segura que la de ámbito nacional (los fallos en las operaciones transfronterizas pueden alcanzar hasta un 10 % en ciertos mercados) y también menos eficiente: sus costes son hasta cuatro veces superiores.

La nueva norma propuesta por el Ejecutivo comunitario armoniza el plazo de liquidación y lo fija en un máximo de dos días a contar desde la fecha en que los valores se negocien en un bolsa de valores u otro mercado regulado. En la actualidad, la mayor parte de las operaciones con valores en Europa exigen entre dos y tres días.

Los participantes en el mercado que no entreguen los valores en la fecha de liquidación acordada estarán sujetos a sanciones y tendrán que comprar tales valores en el mercado y entregarlos a sus contrapartes.

Además, la norma, que debe ser aprobada por la Eurocámara y los 27, obliga a los emisores y los inversores a llevar un registro electrónico de prácticamente la totalidad de valores, y de registrarlos en un DCV si se negocian en bolsas de valores u otros mercados regulados.

Los DCV estarán sujetos a la autorización y supervisión de las autoridades nacionales competentes. Los autorizados disfrutarán de un "pasaporte" que les permitirá prestar servicios en otros Estados miembros, de forma que los usuarios podrán elegir entre los treinta depositarios existentes en Europa.

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