Economía

¿Se pueden comprar las elecciones en EEUU?

"Si un candidato quiere ganar la presidencia de Estados Unidos, necesita ganar Ohio", reconoce a elEconomista.es, Kevin DeWine, presidente estatal del partido republicano en uno de los estados clave para conseguir la llave a la Casa Blanca. Con más de 7,9 millones de votantes registrados, este área, donde buena parte del electorado se considera independiente, se perfila como el campo de batalla entre los demócratas y republicanos el próximo 6 de noviembre.

De momento, en el estado que acoge la base de operaciones de compañías tan importantes como la minorista Abercrombie & Fitch y es considerado como una de las cunas manufactureras del país, sólo en Columbus, Honda emplea a 11.067 personas, los delfines republicanos lucharán el próximo martes por hacerse con el mayor número de delegados posibles. Sólo en Ohio, hay 63 en juego.

Sin embargo, durante una visita a la Universidad Estatal de Ohio (OST, por sus siglas en inglés), que acoge el mayor número de estudiantes del país, el profesor de Ciencias Políticas, Paul Beck puso una cuestión interesantes sobre la mesa: ¿están compradas las elecciones de EEUU?. La respuesta no es sencilla. Beck reconoció a elEconomista.es "no estar seguro de si se pueden comprar unas elecciones a nivel presidencial" pero afirmó que sí existe un gran desequilibrio a un nivel inferior, es decir a nivel estatal y local.

El profesor de ciencias políticas indicó que "el dinero cuenta menos entre los aspirantes a la Casa Blanca porque existe un gran nivel de atención mediática" y eso podría hacer descarrilar cualquier candidatura. Aún así, Joe Hallett, analista político para el Columbus Dispatch, no dudó en poner de manifiesto que la decisión del Supremo de permitir la aparición de las conocidas como SuperPACs "cambia radicalmente la forma de financiar elecciones en EEUU".

Cabe recordar que en enero de 2010, el Tribunal Supremo optó por dictaminar una sentencia a favor de la organización Citizens United, que permite desde entonces a compañías, sindicatos y millonarios inyectar cantidades ilimitadas de dinero a comités electorales que no apoyan directamente a un candidato pero a una ideología. Claro está, que la falta de supervisión y la alegalidad que rodea a las SuperPAC ha permitido que muchos candidatos consigan el respaldo en la sombra de estas entidades, que ya han recibido más de 130 millones de dólares en fondos y desembolsado 69 millones en distintas causas.

Beck explicó a esta web que no entiende "como los ciudadanos no protestan ante la falta de supervisión sobre estas entidades, y la falta de garantías que confirmen su independencia de los candidatos".

Mientras tanto, su colega en la Universidad de Ohio, Charlie Wilson, profesor de Derecho, la decisión del Tribunal Supremo el año pasado fue "mala y desafortunada". "Una más en una larga lista", añadió. Desde su punto de vista, buena parte de los principios defendidos por la agrupación Citizens United que motivaron el resultado judicial "son incorrectos".

"Dicen que el dinero no es capaz de comprar la palabra, sin embargo, en este país y en las elecciones presidenciales hacen falta cantidades ingentes de dinero para poder distribuir un mensaje", indicó. Otra posición defendida por Citizens United es que las empresas también son individuos. "El problema es que ahora, con la decisión del Supremo, se está permitiendo al corporate que domine el sistema electoral", apuntó Wilson. Para el profesor de Derecho de la Universidad de Ohio está claro que "tienes mayor influencia en unas elecciones, si tienes dinero".

Desde el propio partido demócrata critican duramente la aparición de estas formas de financiar las elecciones. Chris Redfern, presidente del partido demócrata en Ohio, explicó a elEconomista que buena parte de los candidatos republicanos "necesitan de una empresa o un millonario para poder hacer campaña". Es por ello que hemos visto aspirantes como Herman Cain o Michell Bachmann intentar aspirar a la Casa Blanca. "Sólo tienes que ir a un millonario y conseguir que te firme los cheques para poder ganar unas elecciones", añadió.

Entre las principales SuperPAC que definen en estos momentos las primarias republicanas están, por ejemplo, Restore Our Future, que apoya a Romney y se ha gastado 29 millones de dólares en defender al candidato. Winning Our Future, por su parte ha invertido 16,5 millones en blindar a Newt Gingrich mientras que Red, White & Blue apoya indirectamente a Santorum con 2,8 millones de dólares.

Es cierto que los demócratas y el propio presidente Barack Obama consiguen buena parte de su financiación a través de pequeñas donaciones en lugar de acceder a grandes multimillonarios en busca de ayuda, sin embargo, como bien señalaba Wilson, el dinero en las elecciones presidenciales es clave para llegar al máximo número de votantes. Eso sí, Obama también cuenta con SuperPAC que le arropan como Priorities USA Action, aunque su nivel de inversión en el inquilino de la Casa Blanca se aleja, y mucho, del de los candidatos republicanos y se limita a los 611.000 dólares, según los datos del Centro de Política Responsable.

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