
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha rechazado este jueves suavizar el objetivo de déficit para España (que obliga a una reducción este año desde el 8% al 4,4% del PIB) por considerar que ello provocaría una reacción negativa en el mercado y dispararía de nuevo la prima de riesgo.
"Dar marcha atrás en los objetivos fiscales provocaría una reacción inmediata por parte del mercado. Los diferenciales de la deuda y el coste del crédito subirían. Ya hemos vivido todo esto", asegura Draghi en una entrevista al diario The Wall Street Journal al ser preguntado por si las metas de déficit de Portugal y España podrían flexibilizarse a cambio de que los dos países hagan grandes reformas estructurales, como la laboral.
"La consolidación fiscal es inevitable en el actual contexto y compra el tiempo que se necesita para las reformas estructurales", añade el presidente del BCE.
Estas declaraciones de Draghi llegan mientras se intensifica el debtate en Europa sobre si una mayor austeridad es la mejor prescripción para unos países que está sufriendo una fuerte contracción y le ponen del lado del ala dura, junto a Angela Merkel y los alineados con Alemania.
Eso sí, el presidente del BCE aseguró que todas las negociaciones estaban llevando a Europa hacia una unión más cercana, y aseguró que la crisis ha mostrado que el pregonado modelo social de Europa está cualquier cosa menos muerto.
Además, recordó que no hay soluciones rápidas a los problemas de Europa y que las expectativas de que China vendría al rescate eran irreales. Sin embargo, Draghi cree que los shocks económicos fuerzan a los países a tomar las medidas estructurales en sus mercados laborales y otros aspectos de sus economías, lo que a la larga asegurará la prosperidad del Continente.
Respecto a los mercados de deuda, celebró al relativa calma de lso últimos meses, pero recordó que el crédito sigue siendo escasos, especialmente en el Sur de Europa.
Sobre Grecia, el presidente del BCE mantuvo que todavía supone un gran riesgo, y que aunque Atenas ha aceptado controlar su deuda y reformar su economía, los líderes del país tienen que demostrar que van a cumplir. "Es difícil decir que la crisis se ha superado", concluyó Draghi.
Crecimiento versus austeridad
Un grupo de países europeos, liderados por el italiano Mario Monti y entre los que se encuentra España, han pedido públicamente que Europa cambie el foco desde los recortes hacia el estímulo del crecimiento. Sin embargo, Draghi defendió en la entrevista que la austeridad, unida a las reformas estructurales, son la única opción para la renovación económica.
El presidente del BCE argumentó que aunque el recorte del gasto público pueda dañar la actividad a corto plazo, los efectos pueden ser contrarrestados con reformas como la del mercado laboral.
Las críticas a este enfoque han llegado desde numerosos puntos, asegurando que también están afectando a la recuperación global, todavía frágil tras la crisis financiera. Además, se critica que ha exacerbado las diferencias entre las economías del centro y la periferia.
El presidente del BCE dio asimismo las claves de lo que él considera una "buena consolidación". Así, aunque las subidas de inpuestos y los recortes son políticamente más sencillos, esta buena consolidación debería ser aquella en la que los impuestos son más bajos y el gasto del gobierno es en infraestructuras y otras inversiones.
Restricción del crédito
Al ser preguntado por los problemas de crédito en Italia y España, Draghi admite que antes de la operación de liquidez a tres años que el BCE lanzó en diciembre "el crédito se estaba restringiendo en toda la eurozona con diferentes grados de intensidad, más dramáticamente en las regiones del sur". "Hemos evitado una contracción del crédito todavía peor", añade.
Tras la inyección de liquidez, prosigue Draghi, el mercado interbancario se ha reabierto y en los últimos meses ha habido nuevas emisiones de deuda por valor de 40.000 millones de euros, cifra equivalente a la que se dio en los seis meses previos. También se han producido nuevas emisiones de bonos cubiertos por valor de 30.000 millones.
En todo caso, el presidente del BCE afirma que el mercado interbancario sólo volverá a funcionar con normalidad cuando vuelva a haber crecimiento. "Tras un cuarto trimestre muy débil, la actividad económica en la Eurozona se está estabilizando progresivamente a niveles bajos", señala Draghi.
El BCE realizará una segunda inyección de liquidez a tres años la semana que viene, pero Draghi elude desvelar si habrá nuevas operaciones de este tipo en el futuro. "Nunca asumimos compromisos previos", señala.