Cada vez son más las dudas que despierta el acuerdo alcanzado entre Grecia y la Troika para recibir otros 130.000 millones de euros y salvar así los trastos a corto plazo. Según explica el inversor y gestor Dennis Gartman, "la supuesta oferta de Grecia con sus acreedores sólo durará hasta que un nuevo gobierno asuma el control tras las elecciones de la próxima primavera".
De hecho, en una carta distribuída entre los inversores de su hedge fund, Gartman asegura que las claúsulas, en particular las que se centran en la reducción de la proporción de deuda respecto al PIB así como las medidas de austeridad impuestas al país heleno, "tienen pocas posibilidades de ser alcanzadas".
"Lo único que las autoridades han sido capaces de hacer es retrasar el impago por parte de Grecia durante unas cuantas semanas o quizás un par de meses a lo sumo", reconoce Gartman en su boletín, publicado por la cadena de televisión CNBC. "Grecia irá a la bancarrota, pero tal vez no bajo el actual gobierno", añade.
Los drásticos recortes en el salario mínimo, la asistencia sanitaria y las pensiones, entre otras medidas, no serán tolerados por los ciudadanos, apunta el inversor. Los griegos van a las urnas dentro de dos meses para decidir el futuro de su gobierno y, de momento, las encuestas recientes muestran que los partidos de izquierdas que se oponen a las operaciones de rescate han aumentado considerablemente su popularidad, aclara por su parte la CNBC.
"Si alguien cree el próximo gobierno griego va a someterse a todos los acuerdos rubricados en estos momentos con la Troika, está bastante equivocado", dice Gartman. Al mismo tiempo, el inversor califica las medidas de austeridad, que tienen como objetivo reducir la relación deuda-PIB al 120 por ciento en 2020, como "cómicas", ya que es imposible estimar el nivel de carga de la deuda a tan largo plazo.