El presidente francés, Nicolas Sarkozy, está estudiando la posibilidad de destinar 30.000 millones de euros al año a un programa de formación laboral para luchar contra el creciente desempleo que está sufriendo el país.
A escasos meses de las elecciones presidenciales, en las que el candidato socialista, Francois Hollande, parte como favorito, según los últimos sondeos, Sarkozy pretende mostrar su determinación en la batalla contra el desempleo impulsando un programa de formación laboral y ha prometido convocar un referéndum para que los galos se pronuncien sobre la próxima reforma laboral, con el objetivo de superar así la oposición de los sindicatos.
De acuerdo con la legislación laboral francesa, las empresas y las autoridades estatales y locales tienen que aportar fondos para que los trabajadores puedan mejorar su currículum y desarrollar proyectos de investigación, un capital que administran organizaciones como los sindicatos y otros colectivos.