
Grecia agota su tiempo de descuento para llevar a cabo las severas medidas de ajuste que la troika le impone a cambio del ansiado plan de rescate. Sin esos 130.000 millones de euros -podrían ser 145.000 para hacer frente al plan de reestructuración financiera- no podrá hacer frente a los vencimientos de deuda del 20 de marzo.
El país entraría virtualmente en el default, o impago y las consecuencias serían imprevisibles. Bruselas quiere, entre otras cosas, que los sueldos del sector privado griego se rebajen un 20%, una medida especialmente dolorosa que el Gobierno negocia con los partidos que le apoyan en coalición y estarían dispuestos a aceptar, según ha trascendido de las negociaciones.
Éste es uno de los puntos más polémicos en la agenda de reformas que exige la troika por considerarla necesaria para recuperar la competitividad. El salario mínimo en el país, de 751 euros, según Eurostat, es superior al de Portugal, de 560 euros, e incluso al de España, 748 euros. La asociación sindical del sector privado GSEE ha convocado para hoy protestas por medidas como ésta que consideran "una catástrofe para los trabajadores", señalaron en un comunicado.
20 de marzo
También se trasladó a hoy la reunión entre el primer ministro Lucas Papademos y los tres líderes de la coalición. Con el 20 de marzo como espada de Damocles, los analistas calculan que son necesarias unas seis semanas para materializar el plan de rescate con el que Grecia puede hacer frente a sus compromisos de pago. Y de hecho, como recordó ayer Panos Beglitis, portavoz del partido socialista Pasok, la troika había dado de plazo hasta el mediodía de ayer para obtener una respuesta clara.
Los distintos partidos que forman el Gobierno de unidad nacional de Grecia se enfrentan por tanto a la difícil tarea de decidir si aceptan un paquete de ajustes rechazado por la población o si se arriesgan a no recibir más ayuda internacional, lo que condenaría al país a la bancarrota.
Con todo, Yorgos Karatzaferis, líder de la formación ultraderechista Laos, también en la coalición de Gobierno, restó importancia a las amenazas de Bruselas. "Grecia no va a abandonar Europa; estos chantajes son parte del contexto de la negociación".
Fuente: elEconomista.
Recorte de funcionarios
Los temas más difíciles de la negociación son la reforma laboral y la situación en que quedará la banca del país, necesitada de una recapitalización por los bonos griegos que posee, que es lo que justifica el aumento del rescate en 15.000 millones de euros más. "Hay dos temas pendientes: trabajo y bancos ", dijo el portavoz Beglitis.
Los acuerdos también incluyen una drástica reducción del número de funcionarios, de 150.000 hasta 2015, un punto sobre el que sí se han registrado avances. El Gobierno ha aceptado recortar 15.000 funcionarios este año, según declaraciones del ministro de la Reforma Administrativa, Dimitris Reppas, recogidas por la prensa griega.
El montante de reformas se completa con otros recortes en pensiones, en el presupuesto del sistema sanitario, de 1.100 millones de euros, y en el de Defensa, de los mayores de Europa, en 400 millones.
Además, Grecia tiene que hacer frente a un extenso plan de privatizaciones de numerosos activos y empresas públicas valorado en 50.000 millones de euros que incluyen el viejo aeropuerto internacional Hellenikon de Atenas, las instalaciones deportivas de las olimpiadas de 2004, terrenos en las islas griegas (incluida Mykonos) y empresas públicas mineras, suministradoras de agua, electricidad y de tratamiento de residuos, entre otras.
La lista de tareas de la troika incluye liberalización y eliminación de privilegios en gremios profesionales, como ha hecho Italia.