La Unión Europea (UE) espera aprobar hoy un embargo a las importaciones petroleras procedentes de Irán siempre que Grecia acepte las garantías del resto de países de que su suministro en condiciones ventajosas no se verá afectado.
El sí griego es el único que falta para rubricar la medida, que prohibiría inmediatamente todos los nuevos contratos petroleros con Irán y daría seis meses, a priori, para poner fin a los ya existentes, según fuentes diplomáticas.
Grecia, a quien Irán no exige garantías financieras para venderle crudo, teme que su golpeada economía sufra aún más si ha de buscar otros suministradores que, sobre todo dados sus problemas financieros, difícilmente aceptarían unas condiciones iguales.