Mientras la frágil economía egipcia se tambalea ante la incertidumbre política que sacude el país, varias sentencias judiciales han revelado prácticas corruptas en antiguas privatizaciones de compañías estatales y ha ordenado que vuelvan a ser públicas, poniendo en riesgo la confianza de los inversores.
Un ejemplo es la última sentencia del Tribunal Administrativo, que afecta a la Compañía Árabe para el Comercio Exterior, vendida en 1999 por un valor 30 veces inferior al que tenía.
Los inversores privados pagaron 13 millones de libras egipcias (unos 2,1 millones de dólares) frente a su valor real, que rondaba los 400 millones de libras (66,6 millones de dólares).