
El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, aplaude las decisiones tomadas en la última cumbre europea para reforzar la gobernanza en la zona euro pero advierte de que no se podrá llegar mucho más lejos en la mutualización de los riesgos. Vuelve a excluir la monetarización de la deuda de los estados por el BCE.
¿Las decisiones de la última cumbre podrán restaurar la confianza en la zona euro?
Aplaudo las decisiones tomadas porque refuerzan la disciplina presupuestaria. Bien concebidos, los mecanismos de freno de la deuda ten- drán efectos positivos. El pacto de estabilidad se ve reforzado mediante sanciones más automáticas pero lo importante es la concretización y aplicación de esas medidas. Dicho eso, los dirigentes políticos se han pronunciado sin duda hacia un refuerzo del marco actual de gobernanza en la zona euro. No se trata, sin embargo, de una unión fiscal y para mantener un equilibrio razonable entre responsabilidad y control no se puede ir mucho más lejos en la mutualización de los riesgos.
¿Espera que la presión de los mercados sobre los países más frágiles se aligere?
Las últimas decisiones pueden contribuir a ello, pero es fundamental que los gobiernos actúen con determinación para recuperar la confianza perdida. Los estados miembros ya pueden seguir refinanciándose. Mientras tanto, los tipos son muy altos en algunos países, sin ser necesariamente insoportables. La idea de que a partir de cierto tipo surjan problemas irremediables es simplista en mi opinión. El Banco de Pagos Internacionales ya ha confirmado en su informe trimestral que Italia podrá defenderse durante un tiempo con los tipos que le exigen los mercados actualmente. En general, los tipos de financiación son un elemento que incita a un comportamiento económico sólido. Además, hay que tener en cuenta el mecanismo de resolución de crisis, es decir, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEE) que le sucederá. Han sido concebidos para utilizar en caso de crisis aguda.
¿Está satisfecho con el nuevo tratado intergubernamental o lamenta que los 27 no se hayan puesto de acuerdo sobre la modificación del Tratado de Lisboa?
Lo ideal habría sido alcanzar un compromiso entre los 27, pero la puerta no está cerrada. El acuerdo se ha concebido precisamente para que los países que se han quedado fuera puedan incorporarse más adelante, como ya ha ocurrido con acuerdos entre varios estados miembros. No veo ninguna ruptura en el seno de la Unión Europea. Las diferentes velocidades de integración no son nuevas.
¿En qué plazo cree que se producirán las futuras adhesiones a la zona euro?
No quiero especular sobre la fecha en la que un país u otro se va a adherir. La experiencia ha demostrado la importancia de que los recién llegados alcancen un cierto nivel de convergencia en el plano económico, jurídico y estructural.
¿Qué opina de los mercados y su papel en la crisis?
Hay que tomarlos en serio, porque en el marco actual, que yo llamo "Maastricht plus", son necesarios para actuar de complemento de los acuerdos políticos en tanto que instrumentos de disciplina fiscal. Y eso funciona, como se ha podido observar en las últimas semanas, aunque no significa que los mercados lleven siempre la razón ni que estén exentos de una tendencia a sobrereaccionar. Además, los actores del mercado no son siempre buenos consejeros en política. Hay que considerar sus intereses propios y la visión a corto plazo que demuestran en ocasiones.
¿Qué opina de las agencias de calificación?
Las agencias de calificación sólo son mensajeras de malas noticias, pero no su causa. Tomarla con el mensajero no soluciona el problema. Pero tampoco hay que colocarse en una situación de dependencia. Es importante que impere la competencia entre las agencias y no basarse únicamente en su opinión.
¿Es partidario de una nueva agencia europea "independiente"?
La cuestión es saber si es posible crearla. Si se trata de una construcción del poder político o si da opiniones condescendientes, no tendrá la credibilidad necesaria para afirmarse. Si es independiente, pero acaba otorgando las mismas calificaciones que las demás, podría discutirse sobre sus intereses. Mantengo el principio de la competencia entre las agencias de manera que se evite la dominación.
¿Le resulta imaginable que Alemania pierda su triple A?
Me parece altamente improbable . Después de la degradación de Estados Unidos, cabría preguntarse si tendría un efecto tan dramático. No hay que cegarse con los veredictos de las agencias. Alemania se beneficia actualmente de unas condiciones de refinanciación favorables y disfruta de la confianza de los mercados, pero debe continuar con sus esfuerzos para seguir así.
¿Cómo reacciona a las críticas de que la economía alemana crece a expensas de las demás?
No comparto esa opinión. En el corazón de nuestras economías existen unos procesos de mercado de los que debemos aceptar los resultados. Si Alemania es una potencia exportadora es gracias a una industria competitiva e innovadora. Nuestros vecinos europeos se benefician de una Alemania económicamente fuerte. Pero este país tiene una gran necesidad de reformas, para empezar, en respuesta a su desafío demográfico. Pensando en ello, nada de eso es típicamente alemán. Son conceptos sobre los que convendría reflexionar en común y encontrar soluciones en lugar de oponerse continuamente unos y otros.
¿Estaría preparado el BCE, en caso de que la situación se agravara todavía más, para intervenir masivamente en el mercado?
Como Banco Central Europeo, tenemos un mandato muy claro: garantizar la estabilidad de la moneda. Los tratados nos prohíben financiar a los estados imprimiendo moneda. Y no es sólo una lección del pasado, sino también una particularidad de la zona euro, donde los riesgos de balance se distribuyen entre los contribuyentes de los estados miembros. No conseguiremos superar la crisis de confianza actual infringiendo la ley. Europa no es sólo una moneda única sino también un respeto común al estado de derecho y el principio democrático. En la búsqueda de una solución a la crisis de la deuda hay que cuidarse de no dar la impresión de pisotear esos valores. El riesgo de crear daños colaterales sería tan grande que dejaríamos de lado los objetivos que queremos alcanzar.
¿Y la Reserva Federal?
Hay una gran diferencia con la Fed americana que, precisamente, no reparte el riesgo entre los contribuyentes de varios países. En ese sentido, Ben Bernanke explicó ante el congreso que no tiene el mandato de hacerlo y no pretende financiar a los estados federados americanos, porque ésa es la función de la política presupuestaria.
El Banco Central Europeo gestionará el funcionamiento del FEEF y de su sucesor, el MEE. ¿Es un primer paso tener una participación de carácter financiero?
Voy a decepcionar a quien tenga esperanzas en ese sentido. Mediante nuestros conocimientos técnicos queremos ayudar al FEEF a cumplir su misión y nada más. El FEEF tiene asignados recursos de total responsabilidad de los poderes públicos. Y el eurosistema ha dicho claramente que no financiará el MEE incluso con licencia bancaria porque nos está prohibido monetizar la deuda de estado.
¿Existe en la actualidad una lucha de influencia en Europa para debilitar la cultura ortodoxa del BCE y darle un tono más latino?
Para empezar, nuestro mandato es muy claro y deja poco margen a la interpretación. El consejo de gobernadores no está pensado para que los países se enfrenten en la defensa de sus propios intereses. Teniendo en cuenta la complejidad y amplitud de nuestros problemas, no sorprende que se produzcan discusiones, pero todos los miembros están comprometidos con el único objetivo de garantizar la estabilidad de la moneda.
Dado que Alemania está en minoría en el consejo del BCE, ¿ha llegado el momento de pasar a un sistema de votación que refleje el peso de cada país en el capital?
No es momento de poner en tela de juicio el marco legal y debatir sobre las reglas de votación en el consejo de gobernadores. Lo que me importa es que nuestra política monetaria mantenga un énfasis inequívoco sobre la estabilidad.
¿Es aceptable que los bancos centrales europeos acuerden préstamos bilaterales al FMI para que éste, a su vez, financie a los estados europeos débiles?
Formulado así, no. La cuestión es cómo se procede a aumentar los fondos del FMI. Lo que usted sugiere es un rodeo de la prohibición de financiar a los estados miembros. Hemos dicho claramente que estaríamos dispuestos a contribuir a un incremento de los fondos con ciertas condiciones: los medios deberán depositarse en la cuenta general del FMI. Esos medios están a la disposición del FMI para todos sus miembros y se someten a las reglas habituales de responsabilidad. El carácter global del Fondo debería expresarse en la distribución de las cargas entre los países situados dentro y fuera de la zona monetaria en cuestión.
¿Desea una aprobación formal del Bundestag?
El Bundesbank es el que decide los préstamos bilaterales en el marco del FMI, pero es importante que el parlamento esté informado de manera exhaustiva sobre esa decisión y sea consciente de sus consecuencias, vistas las circunstancias y el excepcional importe previsto.
Los bancos depositan en el BCE unas cantidades récord de liquidez en lugar de prestárselas entre sí. ¿Cuándo prevé la vuelta a la normalidad?
Seguimos ante un mercado de deuda soberana alterado y estrechamente ligado a la refinanciación de los bancos. Es fundamental resolver primero la crisis de la deuda estatal. También conviene reforzar la confianza de los inversores en la capacidad de resistencia de los bancos, aumentando el nivel de fondos propios prudentes. Se decidió en octubre y lo ha aplicado el organismo regulador, la Autoridad Bancaria Europea (ABE).
¿Cómo debe ser el nuevo modelo de rentabidad de los bancos?
La crisis conduce a los bancos a replantearse la relación entre endeudamiento y capital, con el efecto de templar las perspectivas de rentabilidad del capital. Al mismo tiempo, hay que vigilar que la búsqueda de fondos propios suplementarios no provoque de manera procíclica unos efectos que puedan agravar la situación.