Según la prensa americana, el acuerdo de la pasada cumbre de Bruselas es una "victoria de Berlín" y una señal de aislamiento del Reino Unido. Para El-Erian, director ejecutivo del primer gestor mundial de obligaciones, Pimco (Pacific Investment Management), se trata de un paso importante, aunque insuficiente para solucionar la crisis de la deuda.
¿Los gobiernos europeos, han llegado a una etapa crucial, al comprometerse a inyectar 200.000 millones más para reforzar el euro?
Desde luego, ésta es una etapa importante, pero no es una solución milagrosa ni un remedio global. La financiación complementaria no va a ser suficiente salvo que se tomen medidas en otros frentes. Algunas de las medidas indispensables son financieras, aunque la mayoría son económicas e institucionales.
¿Cree que la exclusión del Reino Unido supone un riesgo significativo para el futuro de la UE y para la credibilidad del propio acuerdo?
El desmarque del Reino Unido es una señal flagrante de la tensión subyacente que existe en Europa y que va a seguir aumentando. Esta tensión va a existir, no sólo entre los 17 países de la eurozona y los otros 10 que están fuera del euro, sino que va a manifestarse en el seno de cada uno de estos grupos. Me temo que van a surgir tensiones un poco por todas partes cuando los dirigentes vuelvan a sus países, ya que es allí dónde los acuerdos generales se van a tener que plasmar de una manera concreta.
¿Considera que este acuerdo va a empujar al BCE a tomar medidas más agresivas en lo referido a la monetización de la deuda reforzando la compra de bonos?
Es difícil predecir lo que el BCE va a hacer. De una manera general, creo que el banco reconoce que, aunque ha hecho un esfuerzo importante aún a riesgo de comprometer su propio balance, los resultados de su política no se han mostrado a la altura de los esfuerzos, lo que no es sorprendente, ya que éstos no han estado apoyados por las acciones de algunos gobiernos nacionales e instituciones europeas. Ahora, debido al temor a que sus esfuerzos se revelen nuevamente inútiles, es comprensible que el BCE insista en que los otros participantes hagan su parte.
La participación del FMI, ¿debería dar confianza a los mercados internacionales y a Washington?
La propia idea de una participación importante del FMI en la solución de la crisis europea genera perplejidad. El aumento de credibilidad que podría aportar el FMI, está neutralizado por la impresión de que la institución sigue fuertemente sujeta a las influencias políticas europeas. Esto se ve reforzado por las evidentes y repetidas muestras de decepción que suscitan tanto la concepción como la puesta en marcha del programa del FMI para Grecia.
¿Piensa usted que la instauración de la 'regla de oro' sobre el déficit estructural es la mejor manera de restaurar la confianza?
Es importante y necesaria, pero no es suficiente porque debe estar acompañada de reformas creíbles para estimular el crecimiento y la competitividad, para reforzar las reservas de capital y la calidad de los activos de los bancos y para trazar una línea de demarcación clara y creíble entre los problemas de solvencia y de liquidez de Europa. En resumidas cuentas, la regla de oro debe de estar acompañada de reformas creíbles que sirvan para estimular el crecimiento y la competitividad.
Al final, ¿diría usted que este acuerdo es un "buen resultado para el futuro de Europa" como lo afirma Angela Merkel o, más bien, una primera etapa para evitar el desmantelamiento del euro?
Yo opto por la segunda interpretación. Este acuerdo puede constituir la base de unos sólidos cimientos, siempre y cuando vaya seguida rápidamente de otras etapas. Dicho de otra manera, después de haber, primero, negado y, después, subestimado durante un largo tiempo la severidad de la crisis, los líderes europeos han dado un gran paso hacia delante. De todas formas, esto no es suficiente para recuperar el tiempo perdido y hacer frente a la crisis. Mucho menos para superarla.