Economía

El BCE se reúne en un contexto cada vez más tenso para la zona euro

Draghi

El consejo de gobernadores del Banco Central Europeo (BCE) se reunirá este jueves en un contexto cada vez más tenso para la zona euro, lo que contribuirá a que la institución despliegue su arsenal para ayudar a los bancos y bajar los tipos de interés, según los economistas.

En cambio, el BCE no debería ceder aún a las demandas para que aumente las compras de títulos de deuda de los Estados de la región, único medio, según algunos analistas y responsables políticos, para acabar con el contagio de la crisis de la deuda, después de la incapacidad del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para hacerlo y que la ayuda de China se hace esperar.

Esta semana, en el Parlamento europeo, el presidente del BCE, Mario Draghi, subrayó una vez más que la labor de restaurar la confianza de los mercados en la unión monetaria es de los "gobiernos, individual y colectivamente" y los instó a reforzar la integración fiscal, adoptando un pacto que sume "las reglas presupuestarias y los compromisos adquiridos hasta el momento por los Estados".

En cuanto al mandato del BCE -velar por la estabilidad de los precios (y no acudir en auxilio de las finanzas de los Estados)-, Draghi pidió que no se reclame a la institución monetaria común "cosas fuera del tratado".

No obstante, Draghi dio a entender que el BCE podría implicarse más activamente en la resolución de la crisis si los gobiernos de la zona euro se comprometen por la vía de este pacto presupuestario.

"Es el elemento más importante para comenzar a devolver la credibilidad", afirmó, añadiendo que "otros elementos pueden seguir, pero el orden es lo que cuenta".

Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, cuyo país se opone a una mayor intervención del BCE en nombre de la ortodoxia monetaria, aseguró el viernes que se está ultimando una unión monetaria con "reglas estrictas" cuyo respeto será más controlado.

Unas propuestas que no son compartidas por todos los dirigentes europeos, que se reunirán el jueves y el viernes en Bruselas.

Para Christoph Rieger y Alexander Aldinger, economistas de Commerzbank, no hay que esperar que el BCE proceda a "compras más agresivas" de deuda pública antes de esta cumbre.

Para obligar a actuar al BCE, hace falta que los responsables políticos pacten "reglas más claras para evitar en el futuro la acumulación de deudas", añadió Jennifer McKeown, economista de Capital Economics.

Ahora se especula con otro escenario posible: que el BCE preste al Fondo Monetario Internacional (FMI), que a su vez prestaría a los Estados con mayores dificultades. Ello permitiría al BCE financiar a los gobiernos "pero salvando la cara", según Holger Schmieding, jefe economista del banco Berenberg.

Las conversaciones en este sentido no fueron confirmadas.

Al contrario, la mayoría de los analistas espera que el BCE haga más por los bancos, introduciendo préstamos ilimitados a tipo fijo a más de un año, una medida que no figura hoy en su arsenal.

En un contexto de desconfianza hacia las entidades de la zona euro, la institución se muestra particularmente atenta a que no se queden cortas de liquidez, lo que provocaría una disminución del crédito a las empresas y a las familias.

Con la economía de la zona euro "volviendo al camino de la recesión", según John Higgins, de Capital Economics, es probable que el BCE baje su tasa directora al 1%.

En noviembre, en su primera reunión como presidente de la institución, Draghi decidió bajar los tipos del 1,50 al 1,25% por "los mayores riesgos para la economía".

Por otro lado, el BCE debe publicar sus nuevas previsiones de crecimiento y de inflación para la Eurozona, en momentos en los que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) acaba de revisar a la baja las suyas.

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