Economía

"La mayoría perdió mucha plata": Argentina vive el decimo aniversario del corralito

La país suramericano crece al 8% anual y lucha por recortar los niveles de pobreza al cumplirse una década del anuncio del "corralito" bancario, que desembocó en una inédita furia popular y que fue preámbulo de la peor crisis económica de la historia del país.

La banca guarda silencio sobre la cantidad de demandas judiciales aún pendientes por la retención de fondos bancarios, si bien se presume que "muy pocos" quedaron sin cobrar, según Juan Seliman, antiguo directivo de la disuelta agrupación Ahorristas Bancarios Argentinos Estafados.

"Muy pocos no han cobrado nada, pero la gran mayoría perdió mucha plata", asegura Seliman tras remarcar que sólo los bancos saben cuántas demandas judiciales siguen en pie de las 70.000 que pusieron a los tribunales al borde del colapso.

El sábado 1 de diciembre de 2001, el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, prohibía retirar de los bancos más de 250 pesos (igual a dólares) en efectivo a la semana. Cavallo, autor en los años 90 del plan neoliberal de libre convertibilidad de un peso por dólar, intentaba evitar una crisis bancaria en medio de un programa de "déficit cero" y de una recesión que había estallado a mediados de 1998, con un índice de desempleo del 25% y una pobreza superior al 50%.

Para comienzos de 2002, tras un estallido popular que dejó una treintena de muertos y que el 20 de diciembre provocó la renuncia del Gobierno de Fernando De la Rúa, Argentina había incurrido en el mayor cese de pagos de la historia financiera (unos 102.000 millones de dólares).

El Gobierno de Eduardo Duhalde (2002-2003), elegido por una asamblea legislativa, impulsó y logró poner fin a casi once años de una política de "uno a uno" entre el peso y el dólar. Pero esto no fue más que un paso hacia mayores restricciones financieras sobre los depósitos bancarios, que alcanzaron los 46.000 millones de dólares.

"La mayoría de los afectados eran pequeños ahorradores, muchos de ellos jubilados, que tuvieron que conformarse con recuperar su dinero a razón de 1,4 pesos por dólar, como se les ofreció cuando el billete estadounidense se cotizaba entre tres y cuatro pesos", apuntó Seliman.

Las grandes sumas retenidas fueron devueltas una parte en efectivo y el resto en bonos que ya se han cancelado, indicó el antiguo ahorrador "estafado".

"Si (Cavallo) quiso generar confianza, pues logró todo lo contrario", asegura el empresario Juan Antonio López Diz, quien hoy se jacta de haber puesto a salvo su dinero unos días antes del "corralito".

En aquellos días se sucedían los tumultos dentro y fuera de oficinas bancarias, que trabajaban con las persianas bajadas y custodia policial reforzada frente a miles de personas que acudían con la esperanza de salvar sus ahorros en medio de un clamor general para que "se vayan todos" los políticos.

En enero de 2002, el jubilado Norberto Roglich saltó a la fama al lograr que le devolvieran 22.000 dólares que tenía depositados a plazo en un banco, tras entrar en sus oficinas amenazando con hacer estallar una granada de mano.

Roglich, fallecido hace cinco años, afrontó una condena de dos años en suspenso por "extorsión y tenencia de arma de guerra", mientras se convertía en un héroe para miles de desesperados por recuperar sus ahorros.

En 2006, la Fundación cardiológica Favaloro difundió un informe según el cual unas 20.000 personas habían muerto hasta entonces a causa de enfermedades del corazón provocadas por el "corralito", recordó Seliman.

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