Economía

Nuevo problema para Francia: Bélgica quiere que asuma más costes del rescate de Dexia

Francia, Bélgica y Luxemburgo están manteniendo nuevas conversaciones para redefinir el plan de rescate de la entidad financiera, acordado hace escasas semanas. Los belgas aspiran a que París se haga cargo de una porción mayor de las pérdidas de Dexia a cubrir por los estados, una petición que podría hacer peligrar el pacto y que podría tener consecuencias negativas sobre el rating francés.

El pasado mes de octubre, los tres gobiernos acordaron intervenir Dexia, golpeado por su exposición a la deuda periférica y maltratado por los mercados. Según los términos fijados, el banco se dividiría en varias partes y Bélgica acometería la nacionalización de la división belga del banco.

Además, los tres gobiernos se comprometieron a crear un banco malo para aislar los activos tóxicos de Dexia, para el que aportarían garantías por 90.000 millones de euros. De este total, Bélgica cubriría el 60,5%, Francia el 36,5% y Luxemburgo el 3% restante.

Sin embargo, de acuerdo con diversos medios belgas, el país pretende minimizar el coste de su papel en la operación incrementando la participación de Francia. "Bélgica quiere que París garantice más de lo que se ha pactado, porque Francia puede financiarse a intereses más baratos de nosotros", indica el diario De Tijd.

Perjudicial para Francia

Esta maniobra podría perjudicar a Francia, de acuerdo con operadores del mercado consultados por otro rotativo belga, De Standaard, que consideran que incrementaría la posibilidad de que la deuda soberana gala sufriera un recorte en su calificación crediticia. Esta misma semana, la agencia Moody's volvió a lanzar un aviso al Ejecutivo de Nicolas Sarkozy al señalar que su triple 'A' no estaba asegurada debido, precisamente, al repunte de la prima de riesgo. 

Mientras tratan de acercar posturas, los tres países implicados negocian cómo proporcionar garantías temporales para el banco, que en el tercer trimestre perdió más de 4.065 millones de euros por la operación de venta de su rama belga al Estado y otros 2.317 millones por su exposición a la deuda griega.

El ministro de Finanzas francés, Francois Baroin, ha asegurado que el plan establecido en octubre no está siendo cuestionado en absoluto.

A su vez, su homólogo luxemburgués, Luc Frieden, afirmó que las conversaciones son difíciles e intensas, pero que "no hay ninguna dificultad insalvable". "Una de las partes implicadas, la Comisión Europea, tiene que revisarlo todo, por eso se está alargando tanto", añadió. Desde Dexia no se han manifestado al respecto.

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