Por primera vez en la historia democrática moderna española, el partido que ha ganado las elecciones generales va a desear, en algún momento, que no hubiera ocurrido. El panorama económico al que se enfrenta el nuevo Gobierno es desolador, uno de los peores al que ha tenido que hacer frente un equipo político nunca. La situación española no es una excepción en la Unión Europea, pero es muy complicada. El primer discurso de Rajoy como presidente: "No va a haber milagros; no los hemos prometido".
A continuación, resumimos los problemas con los que ha de lidiar a partir de hoy mismo el Gabinete presidido por Mariano Rajoy y sus correspondientes recetas programáticas.
La deuda soberana
España vivió el pasado jueves una jornada negrísima. La rentabilidad del bono español a 10 años llegó al 6,24%, lo que significa que el país ha de pagar mucho más por colocar su deuda pública entre los inversores. Así, la prima de riesgo llegó, en un momento de la mañana, a rozar los 500 puntos básicos. Es decir, España cada vez tiene menos financiación.
El hecho se deriva de la nula confianza en el cumplimiento del objetivo de déficit público (6% del PIB en 2011) y en la aceleración de la evolución negativa de la deuda pública sobre el PIB (prevista en un 68,1% al cierre del año) junto con una previsión de crecimiento económico de sólo el 0,8% por parte de los organismos internacionales.
Frente a todo esto, el PP se propone como primera medida reducir el gasto público y aprobar una ley orgánica que desarrolle el precepto constitucional, aprobado el pasado verano, según el cual "todas las Administraciones adecuarán sus actuaciones al principio de estabilidad presupuestaria".
Una vez lanzado el mensaje de que España no va a gastar más de lo que ingresa, se elaborarán los Presupuestos Generales del Estado para 2012, pendientes debido al adelanto electoral. Rajoy ya adelantó, respecto a las cuentas, en la campaña electoral que actualizará las pensiones desde el 1 de enero conforme a la variación del IPC. Pero en general serán restrictivos al igual que los siguientes, y casi inmediatos, para 2013. "Meteré la tijera a todo menos a las pensiones públicas, la sanidad y la educación" es su más reciente declaración de intenciones. Se quiere conseguir una rebaja en el gasto público de 30.000 millones de euros.
El crédito
Si España no tiene uno de los endeudamientos públicos más escandalosos de la Unión Europea, no se puede decir lo mismo del privado. Las familias españolas adeudaban, con datos del octubre de 2011, 882.420 millones de euros mientras que las empresas, 1,29 billones. La creciente morosidad y la explosión de la burbuja inmobiliaria pero también las circunstancias europeas están siendo letales para el sector financiero del país, que ha visto mermadísima su liquidez. También empieza a cuestionarse su solvencia.
Las entidades ven cerrados los accesos los mercados mayoristas del dinero y cada vez acuden más al Banco Central Europeo. Han restringido el crédito de una manera asfixiante debido a sus necesidades de recapitalización, fijadas por la autoridad competente europea, en 26.000 millones de euros. El partido liderado por Mariano Rajoy ha anunciado una reestructuración del sistema financiero.
Una de las actuaciones más claras será dejar caer a las entidades menos solventes y facilitar las fusiones. La otra, ayudar a sanear los balances, aunque la fórmula no está bien definida. Rajoy no es partidario de crear un "banco malo", como le pide casi unánimemente el sector.
Sí menciona la ayuda pública al saneamiento, pero hasta el momento sólo se sabe que habrá ventajas fiscales para que bancos y cajas saquen al mercado su stock de viviendas. Para conocer la medida concreta habrá que esperar a que el futuro Gobierno termine de negociar con las entidades y el propio Banco de España. Asimismo, el líder popular dijo hace unos días que "si fuera necesario recurrir al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para ayudar a la banca, no hay ninguna duda de que será así". De hecho, parece que ya han empezado los contactos, a través de Angela Merkel, para que el FEEF aporte a España un préstamos de 100.000 millones de euros.
El empleo
Según la más reciente Encuesta de Población Activa (EPA), la correspondiente al tercer trimestre de 2011, la tasa de paro es del 21,53% y el número de parados, de 4.978.300. España es la campeona de la Europa de los 27 y de la Europa de los 17, la eurozona. La peor de las cifras es la que ofrece la propia EPA: la cantidad de hogares con todos sus miembros en paro no deja de crecer. Actualmente se sitúa en 1.425.000.
En el Partido Popular afirman que crear empleo es fruto de una acción coordinada de medidas y no de una concreta. No obstante, con el fin de ayudar a las empresas a desarrollar actividad y con ello puestos de trabajo, proponen algunas actuaciones puntuales como, por ejemplo, la rebaja de cinco puntos en el Impuesto sobre Sociedades para las empresas de reducida dimensión y para las pymes. Éstas, junto con los autónomos centran gran parte de sus propuestas de regeneración del mercado laboral. Así, para los autónomos y las pymes habrá una modificación del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), de forma que se abone cuando las facturas se hayan cobrado y no cuando se devenga. También, se creará una cuenta para que autónomos y pymes compensen sus deudas tributarias con las cantidades que tengan reconocidas y pendientes de cobro por parte de las Administraciones Públicas.
Y, como plato fuerte, se aprobará cuanto antes, también en los primeros días, una Ley de Emprendedores "que favorezca las nuevas iniciativas empresariales y el desarrollo de la actividad de pymes y autónomos". Entre los apoyos, uno de carácter fiscal, por importe de 3.000 euros, por la contratación del primer trabajador que no tenga la condición de socio de una empresa de nueva creación. También se bonificarán las cotizaciones sociales para los autónomos empresarios que contraten su primer trabajador no socio.
Dentro de una reforma laboral, que se empezará a negociar con los agentes sociales en las primeras semanas de actividad del nuevo Gobierno, se incluye la simplificación de contratos laborales "para reducir la temporalidad".
En la misma reforma laboral, se promete introducir cambios en la negociación colectiva para dar más importancia a los convenios de empresa, frente a los del sector o la provincia, en cuestiones salariales y de relaciones laborales. Mejorar la formación y la intermediación serán otras de las metas de la reforma, además de una medida a la que seguramente rodeará la polémica: la implantación del llamado modelo austríaco por el cual los trabajadores capitalizan en una cuenta en su empresa la indemnización por despido, al que se añadirá la de la cobertura por desempleo.
Los impuestos
Al contrario que en anteriores programas electorales del PP, los impuestos ocupan en el de estas elecciones muy poco espacio. La necesidad de equilibrar las cuentas públicas se hará, fundamentalmente, por la vía del recorte del gasto porque, como ha declarado Rajoy, "mi idea, en principio, es bajar siempre los impuestos". Pero esto no significa que ahora vaya a hacerlo. Además de la ya mencionada rebaja del Impuesto sobre Sociedades para las pequeñas empresas, en materia fiscal sólo destaca la recuperación de la deducción por la compra de vivienda en el Impuesto sobre la Renta para todos los contribuyentes y determinadas ventajas para inversiones en I + D.
En Génova afirman que "hasta que no veamos los números de verdad" no se puede prescindir de ningún euro destinado a las arcas públicas. Lo que sí parece probable es que no se producirá una subida del IVA por mucho que esas arcas estén peor de lo que suponen los vencedores, así como la creación de otros impuestos, como el de Grandes Fortunas.
Las incógnitas
El panorama económico es tan sombrío que las incógnitas se suceden. El PP ha dejado para su toma de contacto con la Administración la concreción de muchas medidas en términos de cifras o, incluso, de "más tijera".
La situación internacional es tan cambiante y los mercados están actuando a tal velocidad que, aún preservando las principales líneas de actuación prometidas, es posible que haya que tomar todo tipo de decisiones sobre la marcha. Los responsables económicos del PP no entran en detalles pero van preparados para ello, así como para la "sugerencia" (huyen de la palabra imposición) de medidas desde los organismos internacionales. Algo con lo que cuentan es con el descontento social. 2012 va a ser duro.