Según avanza la crisis de deuda de la Eurozona, las decisiones las toma el eje Berlín-París, pero la realidad muestra que el poder de la canciller Angela Merkel, basado en la preponderancia económica de Alemania, es mucho mayor que el del presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Formalmente, siempre van juntos. Dan ruedas de prensa, emiten comunicados conjuntos, actúan juntos (ahora dan la bienvienida a Mario Monti y Lucas Papademos). Sin embargo, las directrices las marca Merkel, que no se ha separado ni un ápice de su estrategia, como demostró de nuevo ayer, cuando rechazó los eurobonos y volvió a insistir en sancionesy disciplina para los miembros de la Eurozona a cambio de seguir financiando los rescates.
La prevalencia alemana es clara. El semanario inglés The Economist es el último en preguntarse si Europa realmente está dirigida por Francia y Alemania o sólo por ésta última. La respuesta es clara: "La crisis ha establecido un nuevo dominio alemán en Europa", asegura.
El cambio de actitud de Berlín
Alemania ha cambiado de actitud. A pesar de que sabe que debe ser parte de Europa y que su futuro está ligado a ella, se siente traicionada y engañada: el BCE y el euro no se han convertido en el reflejo del Bundesbank y del marco, los dos grandes símbolos de la reconstrucción alemanatras la II Guerra Mundial.
Ahora, tras pasar su propio proceso de reeestructuración desde la reunificación y ver que comienza a dar frutos, la indignación con sus socios crece. Y no está dispuesto a dar más. Huno un tiempo que Alemania llevaba sus contribuciones a la Unión Europea con estoicismo. En palabras de Uwe Kitzinger, académico británico y antiguo funcionario en Bruselas, "era una forma de reparaciones de guerra retrasadas". Pero ahora, el país muestra a Europa su enfado.
Hans Kundnani, director editorial del European Council on Foreign Relations, argumentaba que "la economía alemana es demasiado grande para cualquiera de sus vecinos, como Francia? pero no es suficientemente grande como para que Alemania ejerza una hegemonía", tal y como recoge el semanario británico.
A pesar de todo, lo más probable es que Alemania se comprometa con Europa y con el euro. Pero el precio del rescate será que explícitamente pondrá sus intereses por encima de los de todos los demás.
¿Dónde queda Francia?
Hasta ahora, la combinación entre el diseño de Francia y el poder de Alemania funcionaba en la Eurozona. Pero la situación ha cambiado y París necesita renovar su relación con Berlín.
De momento, la crisis del euro ha ofrecido una oportunidad interesante para Francia, que ha tomado el liderazgo en cuanto a las reformas políticas necesarias para mejorar la gobernanza económica de la Eurozona. Sin embargo, su debilidad económica es un problema, ya que para ser un socio igualitario necesita igualar el poder de Alemania. "Las ideas pueden llegar de Francia solo si es económicamente fuerte", explica André Sapir del think tank Bruegel.
A pesar de ello, Alemania todavía necesita a Francia para conseguir que las cosas se hagan en Europa: un acuerdo entre ambas implica una casi inmediata adhesión del resto de socios. Sin embargo, como demostró la última cumbre, Merkel impuso sus tesis al no permitir, como quería Francia, que el EFSF (fondo de rescate) se apalancara vía BCE. "El riesgo de Francia es convertirse en el contrapunto de Alemania más que en un socio genuino", asegura The Economist.
Desde Francia, parece que la situación de desigualdad de ambas potencias se asume. "Francia sabe que si quiere seguir contando en el mundo debe seguir en todo a Alemania", explica Dominique Reynié, profesor de Ciencias Políticas en París y director de la Fundación para la Innovación Política, al diario español El País.
"Ahora solo les preocupa salvar el euro por evidentes razones económicas, para evitar la tragedia. Y Francia trata de compensar sus déficits (político, financiero y comercial) con mucho activismo político. Este discurso es inédito en la historia europea porque solo hoy Alemania se siente superior a Francia. Y lo es porque hoy las finanzas son todo", continúa Reynié.
La estrategia de Sarkozy
Ante la situación actual, Nicolás Sarkozy, presidente francés, ha decidido ligar su futuro al de Angela Merkel. Y parece que la estrategia le está funcionado, ya que en las últimas encuestas consigue remontar de cara a las elecciones generales del próximo abril de 2012.
Sarkozy ha sacado rédito de su rol al frente del G-20 y de la gestión de la crisis de la Eurozona junto a Merkel, así como al último plan de austeridad, en otro guiño más hacia las tesis germanas.
Como concluye el periodista Philippe Visseyras, redactor jefe del programa de información política De 7 a 8, que se emite en TF1, "Sarkozy ha creado el mito Merkozy para tratar de mantener la grandeur perdida del país y su disfraz de salvador del mundo".
Pero añade: "En la relación entre ambos todos sabemos quién lleva los pantalones. Desde que Mitterrand y Kohl se hicieron la foto en Verdun, Francia ha sido el brazo político de Alemania en Europa. Hoy Berlín ha decidido ejercer su influencia política y dicta las condiciones", asegura Visseyras, según publica El País.