Una de las varias estelas que perseguirán a Alberto Ruiz- Gallardón en su futuro, sea el que sea tras el 9 de marzo, es la deuda en la que ha sumido al Ayuntamiento de la capital. La ciudad cuenta con infraestructuras del siglo XXI, pero a costa de tener una deuda de 6.300 millones. Con todo, Gallardón ha anunciado que se pone a disposición del PP de cara a la campaña
Cuando el Alcalde de Madrid tomó posesión, en junio de 2003, el endeudamiento madrileño suponía el 8,16 por ciento del total de los municipios españoles.
A finales de 2007 este ratio había subido al 27 por ciento, con lo que Madrid tiene el honor de encabezar el ranking de los ayuntamientos más endeudados de España.
Situación financiera
Los últimos datos del Banco de España, del tercer trimestre de 2007, arrojan una deuda de 6.324 millones de euros, es decir, que ha multiplicado por cinco el debe de su antecesor, José María Álvarez del Manzano.
Este deterioro de la situación financiera del ayuntamiento ha provocado uno de los muchos enfrentamientos de Ruiz-Gallardón con su partido. Ya en 2003 desde el Gobierno central se le advirtió -y en más de una ocasión- de que no se endeudara en exceso y que diera imagen de moderación.
Con un Gobierno empeñado en la tarea de sacar adelante la Ley de Estabilidad Presupuestaria, para todas las Administraciones Públicas, el incremento progresivo de la deuda municipal madrileña era un ataque a la línea de flotación de Aznar.
Segundo encontronazo
El segundo encontronazo con el PP era inevitable: la subida del Impuesto sobre Bienes Inmuebles, y mucho más en la forma que en el fondo. La revisión de los valores catastrales llevada a cabo desde Hacienda dio la oportunidad a Gallardón de incrementar el IBI en porcentajes que Álvarez del Manzano no se atrevió a aplicar. La ciudad de Madrid ha gozado siempre de uno de los tipos de IBI más bajos de España, pero las subidas de la presión fiscal directa contravenían directamente las recomendaciones del equipo económico popular.
El alcalde madrileño quiso entonces convencer a sus "superiores" políticos de la necesidad de dotar a Madrid de infraestructuras de calado y de darle una vuelta de 180 grados en cuanto a imagen urbana. Durante los tres primeros años de su mandato muy pocos madrileños confiaban en que esa ciudad llena de obras, cortes de tráfico y ruido llegara a ser algún día habitable. Sin embargo, a principios de 2007 y cumpliendo más o menos los plazos prometidos, el proyecto cumbre de Gallardón, la M-30, empezó a revelarse como algo muy útil.
El más votado en la historia de Madrid
El hecho es que el 27 de mayo de 2007, Alberto Ruiz- Gallardón se convirtió en el alcalde más votado en la historia de Madrid y con una mayoría absoluta que al PP le sirvió para tomar oxígeno después de lo ocurrido en marzo de 2004.
Unos resultados que Ruiz- Gallardón aprovechó para, apenas unas horas después de su consecución, hacer público su sueño: acompañar a Mariano Rajoy en las listas al Congreso de los Diputados. El líder del PP dio orden entonces de no tocar el tema de las listas hasta que las elecciones fuesen convocadas, algo que ocurrió este lunes. Sin embargo, el alcalde reiteró su deseo en múltiples ocasiones.
La desilusión
En el lado opuesto su enemiga más íntima: Esperanza Aguirre. Tuvieron un primer pulso a finales de 2004, cuando Ruiz- Gallardón trató de frenar que la presidenta de la Comunidad se hiciese con el control del PP de Madrid . Fue en vano. Aguirre barrió al hombre del alcalde, Manuel Cobo. Y este martes por la noche la enemistad entre ambos dirigentes vivió su último episodio. Fue apenas unas horas después de que Rajoy desvelara que Manuel Pizarro sería su número dos en Madrid (el alcalde nunca exigió ese puesto, se conformaba con salir elegido).
En la sede de Génova el líder del PP, en presencia de Aguirre y de Ángel Acebes, el secretario general de los populares, le comunicó al alcalde que sus deseos de ir en las listas no se cumplirían. La decisión ya suponía una desilusión total para el edil, pero el que se hiciera con esos compañeros de mesa, y encima tras el órdago de Aguirre de exigir ir en las listas -lo que le obligaba a dimitir de la Presidencia de la Comunidad de Madrid - si el alcalde iba, terminaron de hundir a Ruiz- Gallardón , sobre todo cuando ve que los ediles de Burgos, Oviedo o Cádiz sí irán al Congreso.
10 de marzo
Lo peor para Rajoy es que presidenta y alcalde dan por hecho con sus intenciones que el PP perderá las próximas elecciones y que lo que está en juego es la sucesión del todavía líder popular. Por eso Ruiz- Gallardón ha fijado su próximo movimiento el 10 de marzo.
Entonces, con el resultado electoral en sus manos, decidirá si se va definitivamente de la política y abandona otro de sus sueños, hacer de Madrid una ciudad olímpica, o si se ve con posibilidades de hacerse con el control del PP a nivel nacional. Su apoyo en las bases es nulo, como se vio en el último Congreso regional, pero su nombre ligado al de otros dirigentes como Francisco Camps o Javier Arenas puede ganar enteros ante una crisis interna del PP.
Los hombres de Gallardón
El alcalde lo decidirá con sus hombres, esos dirigentes del partido cuya vida política lleva años ligada a la de Ruiz- Gallardón . Personas como Manuel Cobo o Pedro Calvo han sido el esqueleto de la figura política del alcalde.
El enfrentamiento permanente con la Comunidad de Madrid desde hace cuatro años y medio ha pasado factura y las heridas no sólo no empiezan a cicatrizar, sino que siguen sangrando, y a borbotones.
La sucesora: Ana Botella
En todo caso, hay quienes entre las fuerzas sociales madrileñas exigen al alcalde que no se vaya. Le recuerdan que su compromiso de cuatro años es con los ciudadanos que le eligieron el 27 de mayo, no con el PP.
Y en la izquierda lo que menos gustaría es un binomio Esperanza Aguirre-Ana Botella. La mujer de José María Aznar fue la número dos en las listas al Ayuntamiento el 27 de mayo y se haría con la Alcaldía si Ruiz- Gallardón se va.