
Después de años de crecimiento y de ganancias en los mercados emergentes, la pregunta es cómo repercutirá en América Latina la crisis de las hipotecas basura iniciada en Estados Unidos. La respuesta generalmente coincide entre los expertos: impactará, pero menos, porque la región está más preparada que nunca para hacer frente a situaciones de estas características.
Así lo cree Merrill Lynch, que en su Informe Estrategia de Inversión para América Latina en 2008 señala que los principales obstáculos a los que tendrá que hacer frente son un ambiente externo menos favorable que durante los últimos años (no crecerán tanto los precios de las materias primas, ni continuará la fiebre de inversión a nivel mundial) y el ligero incremento de la inflación.
Un contexto más favorable
Esta consultora compara el periodo con la desaceleración que se vivió de 1997 a 1999, cuando la región pasó de crecer un 5,7 por ciento a un retroceso de su actividad del 1,9 por ciento. Pero ahora América Latina tiene a su favor un contexto interno más favorable: incremento del ahorro, tanto público como privado; reducción de la deuda externa; aumento de las reservas internacionales y bancos centrales autónomos que, en general, gozan de credibilidad.
Todo ello permitirá a Latinoamérica crecer a un ritmo del 4,7 por ciento en 2008 y las perspectivas mejoran para 2009. No obstante, las diferencias son notables entre países. Argentina pasará de un ritmo de avance del 8,5 por ciento en 2007, al 5,7 por ciento de 2008 y al 3 por ciento en 2009; Chile apenas lo notará, con un crecimiento estimado del 4,9 por ciento para 2008 (desde el 5,4 de 2007) y un 5,1 por ciento en 2009.
Mientras, Brasil vivirá una suave desaceleración, al pasar del 4,9 por ciento de 2007 a un 4,7 por ciento en 2008 y un 4,5 en 2009. Venezuela, que creció alrededor del 8,9 por ciento el pasado año, mejorará su PIB un 9,9 por ciento en 2008, para caer al 5,2 en 2009. Por último, de los grandes de la región, México reducirá dos décimas su crecimiento, llegando al 2,8 por ciento en 2008, y se recuperará en 2009, cuando se situará en el 3,4 por ciento.
Los más preparados
En general, los países más preparados para contrarrestar la influencia externa son Chile, Brasil y México. La economía mexicana, la más dependiente del ciclo económico estadounidense, enfrenta por primera vez la desaceleración de su vecino con "optimismo". A diferencia de otras ocasiones, el país tiene la experiencia de 2000, que superó con éxito, según explica el economista en jefe de BBVA para América Latina, Adolfo Albo.
"En 2000 pasó algo similar y, por primera vez, no hubo crisis financiera, no hubo devaluación y no hubo miedo. Incluso el peso se apreció frente al dólar y el país obtuvo el grado de inversión". Algo inédito en la historia económica de los últimos 50 años de México.
El otro desafío aparante para las economías de la región es la inflación y la bajada de los precios de las materias primas. El incremento desorbitado sufrido en los últimos años ha influido de forma diferente en el crecimiento. Venezuela y Chile fueron los más beneficiados, pero no tanto el resto. Y el aumento de la inflación que amenaza a la región, especialmente a Argentina, se atenuará a final de año gracias al manejo prudente de la política monetaria.
Finalmente, concluyen los expertos, los riesgos de desaceleración son relativos y las perspectivas son positivas. El trabajo hecho en los últimos años y la abundante liquidez internacional ha reducido la vulnerabilidad externa de Latinoamérica. Por fin la región parece que ha escapado de los ciclos de crecimiento-recesión para dar paso a un avance sostenido que permite florecer a una emergente clase media que tira del consumo interno y que va a permitir mantener el crecimiento frente a las condiciones externas.