Los representantes de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, que integran la llamada troika, no salen a las calles de Atenas sin guardaespaldas, señala el diario alemán Welt am Sonntag.
Por seguridad tampoco se desplazan en coche ni siquiera para distancias cortas. "La gente manifiesta su frustración de manera poco agradable", justifica Poul Mathias Thomsen, jefe de la delegación del FMI en Atenas, interrogado por el diario.
Desde su regreso el 29 de septiembre a Atenas, los delegados de los acreedores internacionales de Grecia fueron recibidos con manifestaciones y ocupaciones de ministerios.
La troika debe hacer público un informe antes de finales de mes sobre los avances de Grecia en el camino de las reformas para mejorar su competitividad y reducir su colosal deuda.
De este informe depende el desbloqueo de un nuevo tramo de ayuda de 8.000 millones de euros, del préstamo de 110.000 millones concedido en mayo del 2010, para evitarle la bancarrota a Grecia.
