
El vicepresidente económico, Pedro Solbes, cree que la economía española está un poco acatarrada, pero no tiene gripe. Así que considera que no es necesario empezar a medicarse con antibiótico, ni siquiera quiere recurrir a fármacos más suaves que alivien el dolor a corto plazo. La enfermedad de nuestros indicadores no deja de ser un pequeño resfriado que nos han contagiado nuestros vecinos, pero que se pasará en breve.
Solbes defiende que los medicamentos hay que usarlos cuando realmente sean necesarios; a veces, no hace falta tomarse nada y, sobre todo, con los temas de salud no hay que "exagerar".
La teoría de Solbes
Ésta es la tesis que el vicepresidente segundo defendió el jueves ante la Comisión de Economía del Congreso en la que compareció para transmitir -en línea con el discurso que horas antes pronunció el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero- la confianza y tranquilidad que tiene el Ejecutivo ante la situación económica futura.
"Nada sería peor que adoptar medidas de choque en respuesta al temporal repunte de la inflación", defendió Solbes, argumentando que este tipo de planes sólo solucionan un apuro político para el Gobierno a corto plazo, pero a costa de generar en el medio plazo problemas económicos para la sociedad. "Prefiero trabajar a largo plazo", puntualizó.
A este respecto y ante las acusaciones de "inacción" recibidas por parte de la oposición, el vicepresidente insistió en que el Gobierno ha desarrollado una política antiinflacionista de largo plazo centrada en el Programa Nacional de Reformas. Como crítica al PP cuestionó el impacto sobre la inflación de la batería de decretos aprobados por el último Gobierno de Aznar.
Menos IPC, en primavera
Solbes reconoció en su discurso que "la inflación evidentemente supone una erosión de la renta familiar", pero negó con un "no categórico" que el episodio inflacionista actual refleje problemas de fondo de nuestra economía.
En cuanto al panorama futuro, volvió a insistir en que "en unos meses" (en primavera) España retomará sus tasas de inflación habituales, una vez que se corrija el efecto escalón en la comparativa con el año anterior y cuando se empiecen a notar las medidas agrícolas adoptadas a nivel internacional para que bajen los precios. El balance anual, insistió el titular de Economía, terminará con un IPC "por debajo del 3 por ciento".
En cuanto al crecimiento económico, Solbes adelantó que el cuarto trimestre de 2007 cerrará con un ritmo de avance que estará en el "entorno del 3,5 por ciento". A este respecto, se mostró "satisfecho" porque la legislatura que concluye ha sido la que ha marcado el "comienzo de un cambio de modelo de crecimiento".
El vicepresidente, que defendió que no se pueden abolir "los fenómenos cíclicos" en la evolución de la economía, situó el crecimiento "potencial"español entre el 3 y el 3,5 por ciento.
Seguridad económica
En términos generales, Solbes repasó las grandes cifras del país y enumeró las patas que sustentan la gran tranquilidad que tiene en el futuro de una economía que "está preparada": la situación financiera permitirá realizar impulsos de tipo fiscal si la gripe llega, España está mejor preparada porque tiene tres millones de personas más trabajando y cuenta con un sector financiero muy potente.
A pie de calle, aseguró, hay ciudadanos "con más problemas y otros con menos problemas", para instar a los diputados a que "se pasen por los bares, las autopistas y los centros comerciales para ver las colas".
El resto de grupos también insistió en desdibujar el "catastrofismo" del PP. CiU e IU aportaron medidas concretas -que no respaldó el Ejecutivo- para hacer frente en materia fiscal y laboral a la pérdida de poder adquisitivo. Mientras, el popular Vicente Martínez Pujalte pidió "soluciones" al Gobierno frente al "nihilismo" y dudó de la capacidad de gestión de Solbes por su "falta de valentía, audacia y de- seos de ejercer el mando".