
Hubo un tiempo en el que todo aquel que se hacía un hueco en el sector de la construcción y en el inmobiliario se hacía de oro. Tocar el ladrillo era algo parecido a vivir la historia del rey Midas. Pero la época de las vacas gordas ha llegado a su fin y los efectos no se perciben únicamente en este sector, sino que el contagio es una realidad cada vez más palpable en otras actividades económicas.
El año que acaba de terminar, 2007, se puede definir como el del parón inmobiliario, el ejercicio en el que los sueños de muchas empresas empezaron a desvanecerse y en el que el paro en el sector de la construcción registró la mayor subida de los últimos ejercicios. Además, el descenso en la construcción de pisos se hace patente y cada vez se presentan menos visados para nuevas viviendas.
El Levante y Andalucía
Las zonas que más están percibiendo que ya no proliferan tantas grúas cuando se levanta la vista al cielo son el Levante español y la costa andaluza. Desde que empezó el boom por construir, éstos son los lugares que más actividad de este tipo experimentaban. Pero, además de ser un problema para la construcción en sí, existe un efecto contagio que hace que, cuando la construcción estornude, otros acaben cogiendo un catarro de considerables dimensiones.
Sanitarios, puertas, ladrillos, azulejos, electrodomésticos... ¿Qué sucede con todos estos sectores? Todos ellos pasan a un segundo plano cuando pensamos en el momento que vive el sector de la construcción, pero sin duda son materiales más que esenciales para cualquier vivienda. Imagine, por ejemplo, una casa sin electrodomésticos, sin grifería, sin azulejos o, lo más importante, sin ladrillos o cemento. Las empresas ligadas a todas esas actividades están notando los efectos de este parón inmobiliario.
Resultados patentes
Las cifras de ventas, en productos tan esenciales como los ladrillos y las tejas, están bajando. Según Elena Santiago, secretaria general de Hispalyt (Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas), el crecimiento de la facturación -que fue inferior al 3 por ciento en la primera mitad del pasado año- se estancó en la segunda parte del ejercicio. El crecimiento se ha reducido a cero y las perspectivas no son mejores para los próximos meses, cuando la crisis se acentúe.
Por ello, Hispalyt asegura que en un breve periodo de tiempo se podrían empezar a producir parones temporales de la producción en algunas empresas, con el objetivo de adaptar la actividad industrial a la demanda. Evidentemente, "si la crisis tiene una continuidad prolongada, podría producirse el cierre de algunas fábricas", reconoce la patronal.
Pero también otras organizaciones empresariales, como Conaif, la Confederación Española de Asociaciones de Empresas de Fontanería, Gas y Electricidad, notan que están bajando las ventas. "Donde más afecta es a la obra nueva. A la hora de poner las calderas o los sanitarios es cuando más se nota, ya que estamos muy ligados al sector de la construcción, y hasta ahora hemos vivido un momento de boom", apuntan. ¿Un ejemplo? Lo que le ha sucedido a Roca, fabricante de cuartos de baño, que ha puesto a cero su reloj de inversiones en España hasta que no pase el temporal.
Un caso especial
Hay algunos sectores, no obstante, que están logrando salvarse de la quema. Algunos han encontrado su salvavidas en las exportaciones, caso del sector azulejero. Tanto es así que, según la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos, Ascer, las exportaciones de estos materiales crecieron durante 2007 alrededor de un 6,7 por ciento. Entre las causas que han permitido sobrellevar la caída de la actividad en España está la incorporación a la UE de nuevos países, en especial de Rumanía, destacan en esta patronal.
Pero no es oro todo lo que reluce, ya que la producción de los azulejos y pavimentos iba a la baja. Y es que en la provincia de Castellón, lugar por excelencia de producción de estos materiales, el ambiente en las fábricas azulejeras no es muy alentador y el incremento del paro es ya una realidad.
Además, el sector de la cerámica se está viendo afectado, como otros muchos, por el gigante asiático. China cada vez exporta más materiales a España, ya que, aunque de peor calidad, son más baratos, lo que está provocando un descenso de la producción nacional.
Y el contagio también llega a las cementeras que, tras años de imparable crecimiento, empiezan a notar las consecuencias de esta epidemia inmobiliaria. Según Oficemen, la patronal del sector, las ventas de cemento para 2008 descenderán entre un 4 y un 6 por ciento, tras el estancamiento que han registrado en 2007. Para poder paliar esta caída, Oficemen ha comenzado a poner remedio a esta situación y ha reducido las importaciones, que ya en noviembre pasado cayeron un 23 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2006.
Pese a que cuentan con el respaldo de una obra civil que tiene fondos presupuestados para los próximos ejercicios y que, en 2008, contará con el impulso que supondrán unos nuevos gobiernos regionales a pleno rendimiento tras las elecciones del pasado mes de mayo, lo cierto es que las cementeras se preparan para apretarse el cinturón.
No en vano, aunque las administraciones autonómicas suponen ya un tercio de toda la obra civil, lo cierto es que el Ministerio de Fomento y los otros departamentos inversores del Estado se llevan otro tercio, y hasta mayo no habrá en el país un Ejecutivo a pleno rendimiento. Las elecciones son el 9 de marzo y, como mínimo, se tardará mes y medio en conformar Gobierno, con el consiguiente parón.