Economía

Sarkozy se reafirma en su intención de abortar la semana laboral de 35 horas

Nicolas Sarkozy, jefe del Estado francés. Foto: eE
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, no oculta su voluntad: espera que 2008 suponga el fin de la semana laboral de 35 horas. Hoy ha vuelto a tratar la cuestión en un programa de la televisión francesa donde, cuando se le preguntó si era su deseo, respondió "la verdad es que sí". Y es que ya durante su campaña electoral lo había dejado claro, calificando esta jornada de "catástrofe generalizada para la economía" del país.

La cruzada oficial contra las 35 horas comenzó el pasado 1 de octubre, con la entrada en vigor de la norma que incentiva las horas extras sin coste fiscal alguno para las empresas.

Más tarde, el 30 de noviembre, Sarkozy dio un paso más hacia la liberalización y animó a abrir el debate sobre el trabajo dominical, siempre que sea "voluntario" y se pague "el doble" que los días de entre semana. También propuso subir los salarios de las empersas que abolieran el límite de horario y canjear por dinero las denominadas RTT -días de descanso compensatorios por el tiempo extra trabajado-.

Esta medida fue introducida por el gobierno socialista de Lionel Jospin en 1998 y sigue siendo muy popular entre los franceses. Única en Europa, esta legislación redujo la duración del trabajo semanal de 39 a 35 horas. Los pasados gobiernos de centroderecha del UMP ya han intentado acabar con las 35 horas semanales, aunque nunca de forma tan decidida como Sarkozy.

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