
El próximo inquilino de La Moncloa tiene una ardua tarea por delante. Si analizamos detenidamente la última oleada de previsiones económicas publicadas la semana pasada por el Fondo Monetario Internacional, cualquier desviación en la implementación de las medidas ya aprobadas por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero o la ausencia de nuevos programas a medio plazo podría suponer un duro golpe para nuestro país.
En definitiva, de aquí en cinco años, el motor económico de la Península Ibérica se quedará sin combustible y ralentizará de nuevo su expansión mientras otros países periféricos como Grecia casi duplican su crecimiento.
Si a día de hoy no se registrase ningún cambio en la hoja de ruta trazada para nuestra economía, no sólo nuestro país crecerá por debajo del 2% durante los próximos cinco años, un dato ya de sobra conocido, sino que en 2016 podría echar de nuevo el freno y conformarse con una expansión del 1,8%, una décima menos que el año precedente, según las cifras del FMI. Es decir, España crecerá casi la mitad que Grecia, que en 2013 comenzará a crecer de nuevo tras cuatro años bajo las garras de la recesión y conseguirá lograr que su Producto Interior Bruto llegue a crecer un 3,2% en cinco años.
Curiosamente, desde el estricto punto de vista del crecimiento económico, parece que de aquí a unos años se va a producir un cambio de tornas en la periferia de Europa. Irlanda, de la que Antonio Borges, director del Departamento Europeo del FMI, dijo que "progresa en una dirección perfecta", llegará a crecer un 3,3% en 2016. En el lado opuesto de la balanza estarán, además de España, Italia, con un enclenque crecimiento del 1,2% y Portugal, cuyo PIB se expandirá aproximadamente un 2%.
Si ponemos en contexto las distintas piezas del puzzle de crípticas declaraciones realizadas por los funcionarios del Fondo durante su reunión anual la semana pasada en Washington, la respuesta es evidente: queda mucho por hacer. Borges reconoció que la reforma de pensiones "no ha sido tan buena como se esperaba" y urgir nuevas recetas para flexibilizar el mercado laboral. No hay que olvidar que aunque dentro de cinco años la tasa de paro de nuestro país caerá hasta un 15,7%, es cierto que para entonces, España junto a Grecia serán las economías desarrolladas con más paro del mundo.
Más medidas antidéficit
Tampoco hay que pasar por alto las advertencias de Jorg Decressin, subdirector del Departamento de Análisis del Fondo, quien advirtió que España "necesitará más medidas para reducir el déficit al 3% alrededor en 2013". Para que eso ocurra, la economía debería dar un giro de 180 grados si tenemos en cuenta que en 2016, la previsión del déficit se estanca por segundo año consecutivo en el 4,1%. "Durante los próximos años, si se registra el crecimiento económico que asume el gobierno, cumplir los objetivos de déficit será sólo cuestión de implementación pero si se registran deficiencias en esa implementación habría que reconsiderar los pronósticos", advirtió Paolo Mauro, jefe de investigación del Departamento Fiscal del FMI.
Del análisis de los datos se desprende, además, la dificultad que tendrá nuestro país para estabilizar su ratio de deuda respecto al PIB, un factor que para Marc Chandler, estratega jefe de Brown Brothers Harriman, podría costarle a nuestro país nuevas rebajas de calificación en los próximos años. Si indagamos en las previsiones, el FMI pronostica la deuda mantendrá su escalada hasta el 77,4% del PIB en 2016.
Según Chandler, quien habló con este periódico tras publicar un informe titulado "el dolor en España" nuestro país "corre un alto riesgo de sufrir una rebaja de calificación antes de que termine el año", un hecho que vendría provocado por su débil perspectiva de crecimiento, así como una inflación más elevada. A ello habría que sumar una larga lista de problemas, relacionadas con el alto endeudamiento de las empresas y los balances bancarios. De nuevo, se refirió al ejemplo irlandés, especialmente tras sufrir también una burbuja inmobiliaria, y determinó que tras acogerse a las ayudas del Fondo de Estabilidad Financiera (EFSF) y del FMI "su crecimiento está siendo mucho mayor de lo esperado y su inflación se ha estabilizado".
Fuentes del FMI reconocen que en España, al contrario que ocurre con Grecia, ambos partidos políticos (en referencia al PSOE y al PP) cuentan con un compromiso por alcanzar una sostenibilidad a medio plazo. Aún así existen preocupaciones, especialmente si el próximo partido electo no consigue una mayoría absoluta. Pase lo que pase, la moraleja es clara; el escenario económico a medio plazo marcará la agenda del vencedor del 20-N si éste quiere que España regrese a registrar un crecimiento sólido y estable. De lo contrario, corremos el riesgo de convertirnos en el lastre de la Eurozona y todos sabemos lo que ello conlleva, no sólo en política sino también en los mercados.