Río de Janeiro, 3 ene (EFECOM).- Los partidos de oposición en Brasil amenazaron hoy con no volver a negociar con el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, en rechazo a un nuevo paquete tributario y prometen boicotear la aprobación del presupuesto fiscal de 2008.
Según advirtió el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), "el objetivo es forzar al gobierno de Lula a revisar el paquete de maldades anunciado ayer por los ministro Guido Mántega (Hacienda) y Paulo Bernardo (Planificación)".
El líder del PSDB en el Senado, Arthur Virgílio, afirmó que el partido "no negociará más con este gobierno".
El diputado Zenaldo Coutinho, líder del PSDB en la Cámara Baja, explicó que la oposición va a obstruir la votación del presupuesto cuando el Congreso regrese en febrero de su receso.
Los ministros de Lula anunciaron ayer el aumento de las alícuotas del Impuesto Sobre Operaciones Financieras y del de Contribución Social Sobre el Lucro Neto, de los bancos.
Las medidas buscan compensar el fenecido "impuesto al cheque" (CPMF) que no fue renovado por el Senado en diciembre pasado en lo que supuso la peor derrota política de Lula en 2007.
Coutinho dijo que Lula "faltó a su palabra y engañó al pueblo brasileño porque en su mensaje de fin de año garantizó que no crearía paquetes con aumentos de impuestos".
Expertos tributarios, economistas, empresarios y políticos coinciden en la mayor carga tributaria va a ser pagada a fin de cuentas por el público.
Junto con el aumento de los dos impuestos, el gobierno prometió recortar gastos en todo el poder público y los ministros dijeron que en las próximas semanas anunciarán detalles de estos ajustes.
El fin del CPMF -que era cobrado sobre todas las transacciones financieras y bancarias- significa la pérdida del equivalente a 20.000 millones de dólares en el presupuesto anual.
Los brasileños deberán elegir en 2008 nuevas autoridades municipales, en unos comicios cruciales para definir el cuadro político nacional con miras a las elecciones presidenciales de 2010.
Así, el tema tributario se convertirse en un bandera política para la oposición en este comienzo de año.
Los también opositores Demócratas (derecha) y Partido Socialismo y Libertad (izquierda) se sumaron a las críticas y amenazas del socialdemócrata PSDB.
El propio jefe en el Senado del aliado Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), Garibaldi Alves, afirmó que el aumento de impuestos y el recorte de gastos "no es un buen comienzo" y pone al gobierno ante el riesgo de complicar su relación con el poder legislativo este año.
"No interesa la confrontación. El gobierno no puede simplemente agarrar una tijera y comenzar a cortar, sino buscar una salida con los adversarios", dijo el dirigente del PMDB, el principal partido de la variopinta coalición que sustenta el gobierno de Lula.
Ayer el ministro Mántega afirmó que la promesa del gobierno se limitaba a lo que restaba de 2007.
Por su parte, el ministro Bernardo restó importancia a las amenazas.
"Evidentemente van a entorpecer, pero no puedo derramar un montón de lágrimas y quedarme quejándome de la oposición", dijo el ministro.
Las amenazas opositoras "están dentro de lo previsto en el escenario político de este año y tenemos que trabajar con eso. Sería extraño que digan que van a ayudar y que hablen bien del gobierno", agregó. EFECOM
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