
De nuevo, la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha optado por jugar a un peligroso juego político que podría incrementar las posibilidades de un cierre del gobierno federal antes del próximo 1 de octubre si los legisladores no actúan pronto.
En un giro inesperado, buena parte de los demócratas, y muchos republicanos, se han opuesto a pasar una serie de enmiendas que ayudarían al Gobierno a financiarse durante seis semanas hasta el próximo 18 de noviembre.
El problema ha surgido cuando los legisladores demócratas pidieron que el proyecto de ley incluyese más fondos de ayuda para el paquete destinado a desastres y emergencias, especialmente tras el azote del huracán Irene. Eso sí, a cambio se opusieron a realizar ningún recorte de gasto como trueque político.
Esta acción enervó a algunos republicanos, que también se opusieron al proyecto de ley al no registrarse suficientes recortes para contrarrestar el coste de 3.650 millones de dólares destinados al presupuesto de FEMA, la agencia de asistencia en caso de desastres y otras emergencias.
El caso es que esta medida para incrementar la ayuda a FEMA es parte de un proyecto de ley mucho más amplio para financiar las operaciones del gobierno federal hasta el próximo 18 de noviembre y al ser rechazada con 195 votos a favor y 230 en contra, amenaza con un nuevo cierre de las actividades y operaciones del gobierno.
Una compleja situación
La situación se complica si tenemos en cuenta que la semana que viene el Congreso de EEUU estará en un receso, por lo que es poco probable que de aquí al viernes se alcance un acuerdo de última hora. El año fiscal del Gobierno finaliza el 30 de septiembre, a partir de entonces la administración pública requería el flotador de financiación de sus operaciones incluída en este proyecto de ley.
El Congreso había optado por financiar al gobierno a través de este proyecto de ley durante seis semanas y así ganar tiempo para aprobar alrededor de 12 enmiendas restantes necesarias para poder financiar las operaciones diarias de las distintas agencias gubernamentales a través del presupuesto fiscal de 2012.
El rechazo de esta votación pone de manifiesto, además, un cisma dentro del propio partido republicano. Al fin y al cabo los legisladores del partido esperaban poder pasar el proyecto de ley sin el apoyo de los demócratas, que se oponían a apoyar la medida si no se incrementaba el fondo a ayudas de emergencia. Sin embargo, en el último minuto, un total de 48 legisladores republicanos dieron la espalda a los líderes de su partido y también votaron en contra, algo que no estaba previsto. Este hecho tiró por la borda la aprobación del proyecto de ley y aumentó así las posibilidades de un cierre gubernamental el próximo mes.