
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha afirmado hoy durante un discurso en el Centro Woodrow Wilson que "hemos entrado en una nueva fase peligrosa de la crisis. Sin una determinación colectiva, la confianza que el mundo tanto necesita no retornará". En este sentido afirmó que para alcanzar la recuperación sostenida "necesitamos una firme voluntad política en todo el mundo, necesitamos liderazgo en lugar de comportamientos arriesgados, cooperación en lugar de competencia, acciones en lugar de reacciones", explicó.
Lagarde dejó claro que "el crecimiento mundial continúa, pero está desacelerándose. Los países avanzados en particular se enfrentan a una recuperación anémica y accidentada, con niveles inaceptablemente altos de desempleo". Para la directora gerente del Fondo, uno de los problemas inmediatos a corto plazo, especialmente en las economías desarrolladas, es "el exceso de deuda" que guarda relación directa con un problema a largo plazo "el riesgo de inestabilidad en el núcleo".
Al fin y al cabo, reconoció Lagarde, el mundo interconectado y los temblores económicos en un país pueden tener repercusiones rápidas y poderosas en todo el mundo, sobre todo si su epicentro se encuentra en las economías de importancia sistémica. Los estudios del FMI han demostrado que los vínculos financieros transmiten estos temblores de manera rápida y amplia.
El tercer problema es la tensión social, especialmente entre las generaciones más jóvenes. "Una austeridad fiscal que está carcomiendo las protecciones sociales; la percepción de que la gente de Wall Street goza de más prioridad que la gente de la calle, y el legado de que el crecimiento en muchos países solo benefició predominantemente a las esferas más altas de la sociedad. Estos factores alimentan más la crisis de confianza", explicó la francesa.
La directora del FMI planteó cuatro soluciones, o 4 "R´s" como describió durante su intervención: "reparacioÌn, reforma, reequilibrio y reconstruccioÌn".
En el caso de la reparación, los paiÌses avanzados necesitan planes creiÌbles a mediano plazo para estabilizar y reducir los coeficientes de endeudamiento puÌblico. Pero una consolidacioÌn demasiado apresurada puede ser perjudicial para la recuperacioÌn y las perspectivas de empleo.
"No se trata solo de definir queÌ es lo que se ajusta, sino tambieÌn coÌmo se realiza el ajuste", dijo Lagarde. A corto plazo, las autoridades deben centrar su atencioÌn en medidas que produzcan el mayor beneficio posible, que creen puestos de trabajo y activen el crecimiento, y que tengan en cuenta los factores relacionados con la distribucioÌn. "El coÌmo del ajuste tambieÌn es importante a mediano plazo, que es la etapa en la que los planes fiscales deben procurar estimular el crecimiento", añadió.
Al respecto, Lagarde se refirió a cuestiones como la reforma tributaria, incluida la ampliacioÌn de la base impositiva. De igual forma, las reformas de los sistemas de prestaciones sociales seraÌn esenciales para la sostenibilidad de la deuda a largo plazo en praÌcticamente todas las economiÌas avanzadas.
"En Europa, las entidades soberanas tienen que abordar con firmeza sus problemas de financiamiento mediante una consolidacioÌn fiscal creiÌble. AdemaÌs, para apoyar el crecimiento, mediante preÌstamos del sector privado, todos los bancos deben contar con reservas de capital suficientes", volvió a reiterar, tras la polémica suscitada por el FMI y las necesidades de capital de la banca europea a la hora de afrontar una quita griega.