
A ninguna entidad financiera le gusta tener pérdidas, y menos en un momento tan complicado como el actual. Pero si hablamos del segundo rescate a Grecia, los grandes bancos de la Unión Europea empiezan a no ser tan recelosos, pese a las pérdidas que para ellos implica. La troika aplaza a mediados de mes la negociación sobre más ayudas a Grecia.
"No es que los bancos se hayan vuelto de repente masoquistas", apunta en un artículo el New York Times. Es que la primera gran reestructuración de bonos en la crisis de deuda europea se está convirtiendo en un negocio mucho más bueno para los bancos acreedores que para los griegos a los que se supone que están ayudando.
Según el acuerdo al que llegaron el pasado 21 de julio los líderes de la Eurozona sobre el segundo rescate a Grecia, el sector público aportará un total de 109.000 millones en tres años y el privado ayudará durante ese tiempo con 50.000 millones.
Con el programa de canje de deuda que contempla el citado plan de rescate, los titulares de bonos griegos obtendrán más de lo que conseguirían en el mercado abierto, mientras que Grecia todavía deberá un montón de dinero, apunta el NYT.
Además, Grecia estará entregando gran parte de su poder de negociación, algo negativo para el país, si en el futuro necesita volver a la mesa de negociación del rescate financiero.
Pérdidas del 21%
Esta semana, los bancos que asesoran al Gobierno griego en el programa de canje de bonos soberanos del país heleno acordado por el Eurogrupo en julio, Deutsche Bank, BNP Paribas y HSBC, se han reunido con los inversores para explicarles por qué es intersante para ellos asumir las pérdidas acordadas.
Los bancos acreedores acordaron asumir un 21% de pérdidas de sus bonos griegos como parte de su contribución de 50.000 millones de euros al rescate del país. A cambio, pueden cambiar su deuda griega por bonos respaldados por el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, limitando así sus pérdidas. Los tenedores de bonos griegos son los grandes bancos europeos, más pequeños gestores de fondos y compañías de seguros.
Teniendo en cuenta que la mayor parte de la deuda griega se está vendiendo en el mercado abierto a solo 50 centavos, la quita del 21% parece ser una ganga, opina el New York Times.
Más beneficios para los acreedores
Como beneficio adicional, los nuevos bonos, tras el canje, se regirán por las leyes internacionales, en lugar de por la griega. ¿Qué supone esto? Se trata de una cuestión importante en las condiciones del préstamo que puede fortalecer la posición negociadora de los tenedores de bonos.
Hasta el momento, la mayor parte de la deuda griega es emitida y se rige por la legislación helena, como un vestigio de la época anterior a la entrada de Grecia en la Unión Monetaria. Según los expertos legales, esta situación ofrece flexibilidad al gobierno de Atenas, si así lo decide, para modificar los contratos de bonos y asegurarse un acuerdo de reestructuración más beneficioso, por encima de las objeciones de sus acreedores extranjeros.
Por ejemplo, el Parlamento griego podría aprobar una ley que permite sacar adelante un acuerdo de reestructuracion con el apoyo de una mayoría simple del 51% de los acreedores, en comparación con el nivel del 75% que requiere la mayoría de los contratos internacionales.
Pero ahora, si finalmente el canje de deuda llega a buen puerto, los antiguos bonos serán reemplazados por otros que estarán gobernados por el derecho internacional, lo que inclinaría la balanza a favor de los acreedores internacionales de Grecia.
La semana pasada, el Gobierno griego avisó la semana pasada de que sólo aplicará un plan de canje de bonos, parte central del segundo plan de rescate acordado por la zona euro, si al menos el 90% de los acreedores privados participa.
El Instituto Internacional de Finanzas, el grupo de defensa de los bancos internacionales que también es el principal arquitecto de la operación, dice que entre el 60 y 70% de las instituciones financieras que tienen bonos griegos han aceptado el canje hasta el momento. Esta cifra se acerca al umbral de 90% que el gobierno griego ha establecido, a pesar de que es demasiado pronto para predecir el resultado final, ya que Grecia no hará formalmente la oferta de canje hasta el mes de octubre.