Madrid, 18 dic (EFECOM).- El Instituto de Estudios Económicos (IEE) criticó hoy el "excesivo" gasto público, y consideró que si hubiera sido menor en este ejercicio no habrían aumentado tanto ni la inflación ni el déficit exterior.
Así lo apuntó el director del servicio de Estudios del IEE, Gregorio Izquierdo, al presentar el último informe de coyuntura económica, que prevé para este año un crecimiento económico del 3,7 por ciento -una décima menos que el Gobierno- y para 2008 calcula una desaceleración hasta el 2,7 por ciento, en un contexto marcado por la incertidumbre que ha dejado la crisis financiera.
Además de reclamar una reducción del gasto público, el IEE pidió "evitar" la subida del salario mínimo, reducir el Impuesto de Sociedades y la tributación del ahorro en el IRPF, así como obligar a los trabajadores a pagar una parte mínima de sus cotizaciones sociales, que se le quitaría a las empresas.
Para el Instituto, ante el peor entorno económico que se avecina, no resulta prudente "poner en peligro" los márgenes del superávit público logrado estos últimos años por una "expansión populista" del gasto, que según el informe sólo tiene unas miras "cortoplacistas de maximizar el apoyo electoral del Gobierno el próximo mes de marzo".
Por otra parte, el IEE cree que las cotizaciones sociales de los trabajadores se deberían reducir al menos tres puntos, y pasando parte del pago a los trabajadores se conseguiría "estimular la oferta de trabajo, reducir los costes salariales y en última instancia mejorar la productividad", según el informe.
Además de estas razones, el presidente del Instituto, Arturo Gil Pérez-Andújar, apuntó otra: la de hacer que el trabajador "se dé cuenta de lo que cuesta la Seguridad Social", mientras que Izquierdo señaló que las cotizaciones altas estimulan la economía sumergida, lo que hay que evitar.
Gil Pérez-Andújar incluso apuntó que si se bajaran las cotizaciones ayudarían a bajar la inflación, porque serían menores los costes de producción y eso ayudaría a los precios de consumo.
En materia fiscal, el Instituto considera que con la actual coyuntura, que provoca falta de competitividad empresarial e insuficiencia de ahorro, debería reducirse el Impuesto de Sociedades hasta un tipo general del 25 por ciento, para reducir los costes de capital y facilitar a las empresas la autofinanciación de nuevos proyectos.
Para los contribuyentes particulares, el IEE reclama que la tributación del ahorro se rebaje hasta el 15 por ciento, además de reclamar no sólo la supresión del Impuesto sobre el Patrimonio, sino también la del de Sucesiones, que según Izquierdo es uno de los tributos "más injustos" que existen porque supone una "negación" del derecho a la propiedad.
Por otra parte, el informe reclama que se descarte subir el salario mínimo interprofesional, porque cuanto más se eleve "mayor será el riesgo de que aumente el desempleo", según Izquierdo.
"Si a las empresas no les resulta rentable contratar no lo harán, y un salario alto es una barrera a la contratación", añadió.
Izquierdo sí abogó por potenciar la conciliación de la vida familiar y laboral, que permitiría aumentar la productividad, si bien advirtió de que debería ser voluntaria y no suponer una nueva "rigidez" del mercado laboral.
Izquierdo señaló que la inflación podría acabar el año en el 4,2 por ciento, y consideró que los agentes sociales deberían optar por la moderación salarial, porque adaptar esta subida de precios a los sueldos haría que el IPC "volviese a desbocarse" el año que viene.
En su análisis de la economía española, apuntó que aunque se ha producido una inflexión en el crecimiento y ciertos cambios en su composición, la moderación de la construcción y del consumo no se han visto suficientemente compensados por el aumento de la inversión en bienes de equipo, que "está perdiendo pulso" y de las exportaciones, que no han crecido lo suficiente.
Añadió que los desequilibrios más graves de la economía, la inflación y el déficit exterior, no sólo persisten sino que además se han incrementado este año, y la incertidumbre es "elevada" por la "fuerte" desconfianza de los agentes económicos, los citados desequilibrios y el endeudamiento de las familias y las empresas. EFECOM
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