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El jefe de Estado galo, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, enviaron hoy al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, las propuestas acordadas en la reunión franco-alemana de anoche, en las que le proponen que asuma la presidencia de la gobernanza de la zona del euro. Como novedad, destaca el hecho de que se podrá sancionar a los países que no cumplan con las normas para reducir el déficit. Los dictados de Merkel y Sarkozy no arreglan el motor europeo.
Tal y como anunciaron ayer los dos mandatarios, la misiva difundida por la presidencia gala contiene las medidas establecidas en pro de una mayor integración de la zona del euro y un rigor en el gasto público como fórmula para recuperar la confianza de los mercados frente a la crisis actual.
En ella recuerdan que "la zona euro debe reforzar su marco institucional para mejorar la eficacia de su proceso de decisión para favorecer la coherencia de sus instituciones y de sus procedimientos", y solicitan a Van Rompuy que acepte la presidencia, durante dos años y medio, de ese nuevo gobierno económico.
La carta hace hincapié en que Francia y Alemania se comprometen a "aplicar plenamente y lo más rápido posible las medidas adoptadas" en el Eurogrupo el pasado 21 de julio, y destaca igualmente que "todos los Estados miembros tienen la responsabilidad compartida".
Sanciones para los incumplidores
En ella se profundiza asimismo los puntos principales de la reunión de ayer, que abogan principalmente por el refuerzo de la gobernanza de la zona del euro y de la vigilancia y de la integración de las políticas presupuestarias y económicas.
Además, destaca algo que no se comunicó ayer: proponen suspender los fondos estructurales para los países que no recorten su déficit. "En el futuro, los pagos resultantes de los fondos estructurales y de cohesión deberían ser suspendidos para los países de la eurozona que no acatarían las recomendaciones del procedimiento sobre los déficits excesivos", según reza la misiva dirigida a Van Rompuy.
Esos puntos, subrayan, deberían ser aplicados para reforzar la cohesión de la Unión Europea en su conjunto, en el que "el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y los parlamentos nacionales deberán asociarse a ese proceso conforme a sus respectivas prerrogativas".
La misiva se cierra informando a Van Rompuy de que tanto Francia como Alemania han decidido "emprender una nueva etapa de convergencia económica y financiera", que incluye entre otras medidas la propuesta de elaborar un impuesto común sobre sociedades.