Europa se mueve a rebufo de los mercados. El recrudecimiento del riesgo país español e italiano sigue poniendo negro sobre blanco que los especuladores no se atenazan ante las nuevas facultades del fondo de rescate temporal. En parte, porque se trata de fuegos artificiales hasta que se ultimen los detalles y se avíen los trámites parlamentarios para su aprobación. Pero, principalmente, como consecuencia de que esas renovadas atribuciones no se traducirán en ningún aumento de la capacidad crediticia.
Por este motivo, el presidente del Ejecutivo comunitario, Durao Barroso, acaba de pedir a los líderes europeos que "revalúen rápidamente" todos los elementos relacionados con el mecanismo de asistencia financiera. Algo que, según confirmaron fuentes comunitarias, implicaría también la posibilidad de elevar su dotación.
El miércoles, de hecho, Efe-Dow Jones ya adelantó que la vigencia del instrumento temporal se podría extender incluso después de la entrada en vigor del fondo permanente a partir de 2013. El funcionario a quien cita la agencia explicó igualmente que no se trataría de algo difícil, ya que la propia legislación relativa a los cambios en el primero serviría para facilitar el pro- ceso.
Si ello se materializara, el montante total a prestar se acercaría al billón de euros, sumando las ayudas del FMI y tras descontar los desembolsos destinados a las operaciones de Irlanda y Portugal, además del segundo rescate de Grecia y lo que resta del primero. Asumiendo que se cifran las presuntas operaciones sobre Madrid y Roma en 600.000 millones y un billón de euros, respectivamente, el incremento sólo cubriría el rescate de España y algo menos de la mitad del italiano.
Fuentes comunitarias, sin embargo reiteraron en repetidas ocasiones que "esta reevaluación" propuesta por Barroso "no tiene nada que ver" con las primas de riesgo de los dos países mediterráneos. Argumentaron, en concreto, que forma parte de una "reflexión global" alrededor de lo que se puede y se debe llevar a cabo para atajar definitivamente el acoso de los especuladores. En su momento se diseñaron los fondos de rescate con el objetivo de atajar la caída de socios específicos, en alusión a Grecia o Irlanda, pero hoy el objetivo reside en proteger a la generalidad de la zona euro, recalcaron.
Oposición de Berlín
Bruselas, sin embargo, no contaba con que la reacción de Berlín y la Haya se consumase tan pronto. Los alemanes y los holandeses, siempre reacios a aumentar el presupuesto destinado a rescatar países en apuros, se apresuraron a criticar el propósito de la Comisión. En buena medida, adelantándose a sus respectivas opiniones públicas, que no conciben cómo Alemania y Holanda tienen que continuar auxiliando a socios sin ningún tipo de disciplina fiscal.
Según un portavoz del Ministerio de Finanzas germano, las autoridades de la zona euro deben centrarse primero en materializar las decisiones adoptadas en el último mes sobre los actuales y futuros rescates y evitar nuevas dudas.
En la misma línea se expresaron desde la cartera de Finanzas holandesa, al rechazar como apropiado que los países de la moneda única comiencen ahora a plantear más iniciativas de las acordadas hasta el momento. "Estamos actualmente trabajando duro para llevar a cabo las decisiones de la cumbre de la zona euro del 21 de julio. Toda la atención debería enfocarse en esto. Por lo tanto, no tiene sentido reabrir nuevas discusiones", subrayó un portavoz del Gobierno.
Una crisis de todos
Barroso achacó la propuesta de elevar la cuantía del mecanismo a la urgencia de evitar el contagio a otros socios -los diferenciales de Francia y Bélgica continúan, al igual que el español y el italiano, cerca de máximos-, dado que la crisis "ya no afecta sólo a los periféricos", sino que se empieza a extender al resto de la zona euro. El presidente del Ejecutivo comunitario entonó, al menos, el mea culpa al tachar de "inacabadas" las iniciativas adoptadas hasta ahora y reconocer que no generan el efecto deseado.
En opinión de Barroso, el recelo de los mercados se debe a las "incertidumbres globales económicas", a los problemas de deuda en EEUU y a "la complejidad de los acuerdos suscritos el 21 de julio", que siguen "incompletos". En este sentido, desde Bruselas se recalcó que los contactos entre los 27 siguen su curso ininterrumpidamente con el objetivo de zanjar "cuanto antes" la incertidumbre. El líder de la Comisión además volvió a urgir al conjunto de los socios del euro a acelerar el refrendo parlamentario del fondo temporal y a no introducir demasiados elementos que condicionen su funcionamiento.