
Japón, Italia y España se enfrentan a un coste conjunto de hasta 22.600 millones de euros por no reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como prometieron en el tratado de Kioto. Los tres países son los que están más lejos de cumplir sus objetivos de entre los 36 que acordaron frenar la emisión de dióxido de carbono que causa el cambio climático.
El acuerdo de Kioto de 1997 exige que, para reducir el calentamiento global, los países contaminantes compren permisos para sus excesos de emisiones a otras industrias o inversores.
"Ahora se enfrentan a una enorme factura'', dijo Mike Rosenberg, profesor de Administración de Empresas en la Escuela de Negocios IESE, de la Universidad de Navarra, en Barcelona. "Eso es porque nadie pagó para adaptar fábricas, centrales eléctricas y papeleras'' para reducir los gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento del planeta.
Limitar las emisiones de dióxido de carbono es el objetivo de la conferencia que se celebra estos días en la isla indonesia de Bali, donde delegados de 190 países se reúnen para iniciar conversaciones sobre un nuevo tratado para cuando expire en 2012 el de Kioto.
Las penalizaciones impuestas por el actual tratado han favorecido la reducción de emisiones y han permitido que compañías como la eléctrica española Iberdrola se haya convertido en los últimos cinco años en la compañía con más parques eólicos. Un hecho que ha llevado a esta compañía a reducir este año las emisiones de CO2 un 15 por ciento por kilovatio.
Subestimaron su crecimiento
España, Italia y Japón probablemente no cumplan los compromisos de Kioto porque subestimaron el crecimiento de sus economías y las emisiones futuras de industrias y eléctricas.
Según el Protocolo de Kioto del tratado sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, suscrito por 175 países y organizaciones, los Estados que superen el límite de sus emisiones deben comprar créditos en el mercado. Los vendedores normalmente son inversores o industrias contaminantes que han acumulado un excedente de créditos, también llamados permisos.
España se enfrenta a un coste de 5.338 millones de euros, e Italia y Japón a 8.900 millones de euros cada uno, de acuerdo con estimaciones de sus respectivos Gobiernos y el precio actual de los permisos.
"Ellos fueron demasiado optimistas sobre las medidas atenuadoras de emisiones", dijo en una entrevista Milo Sjardin, socio senior en New Carbon Finance, una firma de Londres que hace análisis sobre emisiones. "Tendrán que salir a comprar créditos para cubrir su exceso de CO2", añade. Irlanda podría tener que comprar 890 millones de euros en créditos, mientras que el Reino Unido y Alemania están alcanzando sus objetivos.
Bajo el compromiso de Kioto, los gobiernos crean un limitado número de permisos que conceden libremente a las industrias contaminantes. Si el CO2 emitido es superior al tope al que un país se comprometió, su Gobierno debe comprar permisos para compensar la diferencia, lo que en la práctica supone pagar una multa por emitir demasiado CO2.
El precio de contaminar sube
El coste de un permiso para lanzar una tonelada de CO2 a la atmósfera subió este año tras la evidencia de que el calentamiento global aumentó y los Estados europeos reaccionaron restringiendo la oferta. El precio de un crédito certificado de reducción de emisiones (CER en sus siglas en inglés) para 2008, subió un 14 por ciento en el trimestre comprendido hasta el 27 de noviembre a una cifra récord de 18,20 euros por tonelada de CO2 emitida, según precios del Nord Pool ASA facilitados a Bloomberg.
"Esperamos que la mayoría de los gobiernos adquieran sus permisos en torno a 2010", casi a la mitad del periodo de medición, dijo en una conferencia el pasado 16 de octubre en Madrid Bjarne Schieldrop, director de servicios de riesgo de la firma noruega de análisis de emisiones Point Carbon.
¿Quién pagará este gasto? En el caso de España se trasladará el 40 por ciento del coste de las emisiones extra a las empresas, dijo a periodistas el secretario de Estado de Energía, Ignasi Nieto. El resto procederá de impuestos. La penalización afectará a eléctricas como Endesa y refinerías como Cepsa. "Nuestros negociadores no tenían ni idea de dónde se estaban metiendo cuando firmaron el acuerdo", dijo Carlos Pérez de Bricio, presidente de esta última compañía.
En Italia, los contribuyentes pagarán el 75 por ciento de la factura de los permisos extra. Por su parte, los contribuyentes japoneses pagarán dos tercios del exceso del país, según las estimaciones de New Carbon Finance. El Gobierno de Japón, que ha empezado a comprar créditos, podría considerar la introducción del cambio de horario en verano y la negociación de las emisiones para reducir sus emisiones de CO2.
Los compromisos incumplidos
España se comprometió a limitar la subida de las emisiones en un 15 por ciento sobre el nivel de 1990, y el Gobierno prevé un incremento del 37 por ciento. Italia acordó un recorte del 6,5 por ciento y estima un aumento del 11 por ciento. Japón prometió reducir las emisiones un 6 por ciento y ahora prevé un aumento del 1,6 por ciento.
Como grupo, los países que aceptaron las metas de Kioto se encaminan a reducir un 11 por ciento las emisiones en el periodo de medición con respecto a los niveles de 1990, superando la meta de reducción del 5 por ciento, según dijo Naciones Unidas el 20 de noviembre.
Italia, Japón y España son los países peor posicionados para cumplir las metas de Kioto, según las estimaciones gubernamentales de New Carbon Finance. Canadá está aún más lejos de la meta, si bien se retiró de Kioto para evitar los costes asociados a la limpieza. El presidente de Estados Unidos, George Bush, rechazó el tratado.
China podría sustituir a EEUU este año como el mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero. Ninguna de las dos potencias estará obligada a comprar permisos. China tampoco se adscribió al protocolo de Kioto.