Acorralado entre un aumento de la inflación y una economía que pierde impulso, el Banco Central Europeo (BCE) dejará sus tipos de interés invariables el jueves, según economistas, los cuales apuestan cada día con más fuerza por una reducción de los tipos en 2008.
FRANCFORT, Alemania (Thomson financial) - Por Isabelle Le Page
Los 32 economistas entrevistados por Thomson Financial News y AFP esperan unánimes un statu quo, es decir, que los tipos permanezcan en un 4%, el mismo nivel que registran desde junio.
El consejo de gobernadores del BCE celebrará el jueves su última reunión de política monetaria del 2007.
Desde que estalló la crisis de los créditos inmobiliarios de alto riesgo en Estados Unidos, la BCE decidió postergar sine die su proyecto de ajustar por novena vez las condiciones de crédito.
Por el momento, tiene las manos atadas, según los economistas. En un momento en que resurge el espectro de la inflación, el BCE no puede aumentar sus tasas porque se prevé un parón del ritmo de crecimiento económico en la zona euro para el año que viene y un nerviosismo en los mercados.
El dilema es un quebradero de cabeza para todos los gobiernos de la zona euro, según admitió el lunes Jean Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, que agrupa a los ministros de Economía de los 13 países miembros.
'Con tasas de inflación del 3% en la zona euro, el consejo del BCE debe insistir sobre todo en los riesgos' de subida de los precios, según Holger Sandte, economista en WestLB.
Ante este panorama, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, deberá conformarse el jueves con amenazar con una nueva subida de los tipos.
Pero para la mayoría de los economistas, la BCE no podrá subir más el precio del dinero y en su próxima reunión, ya en 2008, no tendrá otra opción que reducir sus tasas para dar un empujón a la economía.
Por otra parte, los analistas esperan que el BCE anuncie el jueves una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento para 2008. Hace tres meses, el Banco apostaba por un avance del 2,3% del Producto Interior Bruto (PIB) para los 13 países de la eurozona.
Sin embargo, la debilidad de la economía norteamericana, la depreciación del dólar, que merma la competitividad de los exportadores europeos, y las repercusiones difíciles de calcular de la crisis de los créditos en Estados Unidos son peligros que amenazan la zona euro.
Preocupado por el ritmo de crecimiento y el avance de la inflación, que no registró niveles tan altos en la zona en los últimos seis años, el BCE vivirá meses 'incómodos', según el vicepresidente de la entidad, Lucas Papademos.
Su mayor dificultad será evitar que los precios escapen de control a medio plazo. El petróleo caro y el aumento del precio de los cereales y productos lácteos son responsables de la tensión actual. Y frente a ella, la BCE no puede hacer gran cosa.
Si a este cuadro preocupante se suma una posible petición de aumento salarial por parte de los sindicatos, la espiral de inflación quedará definitivamente activada. Y esta es la situación que el BCE teme por encima de todo.
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AFP/cl
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