Economía

La defensa por vender Cacaolat de los administradores agrada a la plantilla

Barcelona, 20 jul (EFE).- Los representantes de la plantilla de Cacaolat esperan que el juez que supervisa el concurso de acreedores de la filial de Nueva Rumasa abra en breve el proceso de venta de la unidad productiva y celebran que la administración concursal defienda esta opción como solución de viabilidad.

Los abogados de la plantilla han recibido el informe de situación patrimonial presentado ante el Juzgado mercantil número 6 de Barcelona por la administración concursal de Cacaolat, que insiste en que la "opción más beneficiosa para los acreedores (proveedores y trabajadores) pasa por la venta de la unidad productiva".

Fuentes sindicales han recordado que los trabajadores se mostraron desde el primer momento favorables a buscar una compañía que compre los activos industriales de Cacaolat como solución para salir del concurso de acreedores y han reclamado que el juez inicie el proceso "cuando antes".

La empresa de batidos, en concurso de acreedores, cuenta con activos valorados en 129,46 millones de euros, que le permiten cubrir holgadamente sus deudas, que ascienden a 29,79 millones de euros, según figura en el informe de situación patrimonial, que revela que el superávit patrimonial se ha logrado incluso pese a la revisión a la baja del valor de algunos activos, como la marca (Cacaolat y Letona).

La administración concursal ha cifrado en 75,66 millones de euros el valor de la marca, por debajo de los 151,4 millones que calculaba el grupo Ruiz-Mateos, lo que ha obligado a rebajar también el valor del total de activos desde los 204,28 millones a los que apuntaba el clan familiar hasta 129,46 millones de euros.

Uno de los principales problemas de la empresa es su "alarmante estado de tesorería y su preocupante falta de liquidez", ya que al cierre del primer trimestre del año sólo tenía en caja 227.720 euros, lo que podría comprometer la continuidad de la actividad.

En el informe, que ha sido notificado a los acreedores, la administración concursal explica que el problema de Cacaolat viene derivado del flujo de liquidez que ha proporcionado la compañía a otras sociedades del grupo Nueva Rumasa, entre los que destaca principalmente su accionista Clesa.

En este sentido, el informe subraya la existencia de ciertas remesas de clientes que fueron cobradas por la empresa láctea Clesa y señala que desde el 1 de enero de 2010, Cacaolat mantenía con su único accionista una cuenta corriente en la que se registraban diversas transacciones de las que una parte muy "significativa" no eran comerciales.

Por ello, desde principios del pasado año hasta finales de marzo de este año, la posición de Cacaolat ha sido deudora, lo que ha ocasionado "graves problemas en la tesorería que han puesto en peligro la continuidad de las operaciones en los meses anteriores a la declaración de concurso".

Pero además de Clesa, que debe a Cacaolat más de diez millones de euros, el fabricante de batidos ha realizado movimientos con otras sociedades del grupo como Elgorriaga y Bardajera.

Sin embargo, aunque los movimientos con esta última no han tenido un volumen "significativo" la administración concursal destaca una transferencia que se realizó a finales de 2010 por valor de 8,9 millones.

Asimismo, el informe pone de manifiesto que Cacaolat pagó nóminas de empleados de Royne, a trabajadores de Clesa e incluso a sus proveedores y a otros clientes que no mantenían ninguna relación comercial con la concursada.

Por otro lado, los administradores recuerdan que Cacaolat ha tenido una media de ventas anuales del entorno de los 97 millones de euros en los últimos cuatro años (2007-2010).

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