
El Gobierno deshoja la margarita del adelanto electoral y en esa tarea ha implicado al Banco de España. ¿Qué hacer? La institución que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha sido tajante en su consejo al Ejecutivo que dirige José Luis Rodríguez Zapatero: si quieren acabar con el estrangulamiento de crédito no debe agotar la legislatura.
Según las fuentes consultadas por este periódico, mientras el Gobierno medita sobre si aguanta hasta marzo de 2012, el Banco de España le habría aconsejado que lleve a octubre o noviembre la convocatoria de las elecciones con el objetivo de dar confianza a los mercados y favorecer que el crédito vuelva a fluir.
De lo contrario, Fernández Ordóñez habría advertido al presidente del Gobierno que los primeros meses del año no suelen ser especialmente benignos a la hora de registrar datos macroeconómicos y que eso podría afectar al resultado electoral.
Abrir el crédito
Y es que ese es uno de los elementos en el que muchas entidades financieras se estarían fijando a la hora de abrir el grifo del crédito, que ven hasta el fin de la actual legislatura un periodo de incertidumbre que frustra el despegue de la inversión crediticia.
Fernández Ordóñez también habría puesto el acento en que un adelanto electoral permitiría, además, al Ejecutivo aprovechar el tirón de los datos de empleo que arrojarán los meses de verano y que, tradicionalmente, son buenos.
Las mismas fuentes consultadas por elEconomista aclaran que con esos mimbres, la estrategia del Gobierno permitiría dar una imagen de permeabilidad a las insistentes peticiones de adelanto electoral y, además, podría capitalizar una cifra de empleo que normalmente suele reflejar el aumento de las contrataciones de la época estival.
Además, cualquier leve remonte de las cifras de crédito sería aprovechado en la estrategia electoral del Gobierno. Y no es difícil, sobre todo después de que los últimos datos del Banco de España, correspondientes al mes de mayo, se recogiera que el saldo de financiación a las familias se sitúa en los 885.428 millones de euros, encadenando su sexta bajada mensual consecutiva y, por primera vez, supera el 1 por ciento de caída interanual.
Pero el comportamiento tampoco difiere mucho en el caso de las pymes. Según los datos hechos públicos ayer por el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, el 87,5% de las empresas que ha acudido a entidades financieras en el segundo trimestre de 2011 ha tenido problemas para obtener crédito, lo que supone la cifra más elevada que se ha registrado desde que las Cámaras de Comercio comenzaron a elaborar su Encuesta sobre el acceso de las pymes a la financiación ajena' en el primer trimestre de 2009.
El 14% de las pymes, sin crédito
De las pymes con problemas, el 14 por ciento finalmente no obtuvo el crédito y el motivo principal por el que se deniega la financiación es que las garantías son insuficientes. Entre abril y junio, un total de 1.020.000 pequeñas y medianas empresas (67,5 por ciento) acudieron a entidades financieras para pedir un crédito, cifra que representa una nueva reducción frente a las encuestas anteriores.
Pero la preocupación sobre el crédito es, cada vez, más creciente en el sector empresarial. La incertidumbre sobre el marco regulatorio por el que se regirá el sector financiero condiciona el grifo de un crédito que acoge con preocupación declaraciones como la del candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.
La advertencia del ex ministro de Interior y ex portavoz del Gobierno de que pedirá un renovado esfuerzo al sector financiero una vez que haya culminado el proceso de reestructuración ha contribuido a aumentar la incertidumbre a la vez que hace presagiar un traslado a los consumidores de los mayores costes que se le impongan a la banca. De esta forma, la consecuencia directa sería un crédito más caro para los consumidores, que supondría un nuevo estrangulamiento para ese negocio.
Otro factor a tener en cuenta, y que ya queda al margen de la política monetaria española, es la progresiva escalada de los tipos de interés que tendrá un impacto directo sobre los precios de los créditos. El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, ya ha advertido de este cambio de tendencia al que su sucesor, Mario Draghi, dará continuidad.