El todavía vicepresidente confirma que seguirá colaborando "muchos años" con José Blanco
Confirmada la salida de Rubalcaba del Gobierno, la otra cuestión pendiente era saber cuándo será el relevo y quiénes serán los sustitutos. Dos incógnitas sobre las que el todavía vicepresidente no quiso ser muy explícito, limitándose a confirmar que el cambio será inminente, probablemente en los primeros días de la semana entrante, porque "no puedo ser cesado ahora, hay que publicar un decreto".
Sí confirmó que seguirá ocupando su escaño de diputado en el Congreso hasta el final de la legislatura, y aunque no entró en las quinielas sobre sus relevos en la Portavocía del Gobierno y en el Ministerio del Interior, en los círculos próximos al Gobierno y del PSOE se apuntaban ayer dos nombres como "muy probables": Ramón Jaúregui y Antonio Camacho.
Para esas mismas fuentes es "casi seguro" que la remodelación del Gabinete no irá más allá de la sustitución en las áreas de responsabilidad que ahora tiene Rubalcaba. Por eso, el ministro de la Presidencia asumiría también la función de portavoz del Ejecutivo, mientras que Antonio Camacho, actual secretario de Estado de Seguridad, ascendería a ministro del Interior. "Sería ilógico romper la continuidad de los equipos y de la gestión cuando quedan cuatro meses de legislatura", apuntaban en las filas del PSOE.
Antonio Camacho, de 39 años, ha sido la mano derecha de Rubalcaba en Interior desde que el ahora dimitido le llevara a la Secretaría de Estado de Seguridad en abril de 2004. Pertenece a las Carreras Fiscal y Judicial, y ha sido fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Valencia y portavoz de la Unión Progresista de Fiscales.
Al margen de las fechas y los nombres, lo que sí quiso dejar muy claro Pérez Rubalcaba al despedirse es que no se va por "incompatibilidad ni por contradicciones" y que seguirá colaborando estrechamente con el ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco. "Llevamos muchos años trabajando juntos y nos quedan unos cuantos", afirmó.
Sea por lo que sea, Rubalcaba ha terminado aceptando los consejos de Felipe González y otros compañeros del partido que le habían recomendado no quemarse más y marcar diferencias con Zapatero.
