Hubo un tiempo en el que todos aquellos que tecleaban la palabra "ladrones" en la barra de Google se encontraban como primer resultado del buscador la página web de la SGAE. Aquello fue uno de los más famosos Google-bombing de la historia de Internet en nuestro país. Curiosamente, esa anécdota adquiere ahora singular vigencia. Pero ahora el asunto es mucho más serio: no se limita a una travesura informática, sino un presunto caso de apropiación indebida de fondos y estafa. Ramoncín amenaza con denunciar a la SGAE | "Es de gilipollas decir que faltan 400 millones"
Hasta la fecha, el ejército de abogados de la calle Fernando VI ha laminado cualquier brizna de insurrección de todos aquellos remisos a pasar por la caja de los autores. Las denuncias de afectados por el cobro abusivo de los derechos de propiedad intelectual acaban una y otra vez en el cajón de los causas perdidas. Pero ese muro de contención de la SGAE ha empezado a temblar como nunca antes había sucedido en la historia de la controvertida gestora con la detención de su máximo responsable, Teddy Bautista.
Detrás de la actuación de la Guardia Civil y de la Fiscalía Anticorrupción se encuentra un pequeño grupo de representantes de los internautas, así como de pequeñas empresas de informática y de hostelería, convenientemente ayudados por abogados especializados en nuevas tecnologías. Todos ellos interpusieron en 2007 una denuncia, a la que luego sucedieron otras dos más. Esos esfuerzos han comenzado a echar raíces.
A grandes rasgos, la denuncia viene a desvelar presuntas estructuras societarias paralelas que facturan a la SGAE, "entramado de compañías que no cuelgan de la gestora pero comparten directivos, domicilio social y, en algunas ocasiones, incluso el teléfono de contacto", según los denunciantes. Además, la parte denunciante constata la "existencia una relación directa entre socios de la SGAE con negocios de clara naturaleza lucrativa".
Microgénesis y Arteria
En el tinglado societario vinculado con la SGAE aparecen con fuerza propia dos firmas: Microgénesis, compañía de carácter lucrativo que gestiona portales de venta de música, y Arteria, holding inmobiliario que gestiona la red de teatros y espacios escénicos creada por la SGAE. Bajo la sobra de Microgénesis se encuentran sitios online como Latinergy, Museekflazz, Egrem y Nubenegra, así como los proyectos del sistema Teseo o La Central Digital (web de Portal Latino), algunos de ellos con la sede social compartida en el mismo inmueble.
El responsable directo de Microgénesis entre 2000 y 2007 fue José Luis Rodríguez Neri, a su vez director de Gestión de la Información de la SGAE y director general de la Sdae. Se trata de uno de los hombres de confianza de Bautista que aparece entre los socios que presuntamente obtienen "una serie de beneficios económicos y comerciales como directivos de empresas con fines claramente lucrativos". La misma denuncia apunta que las actividades lucrativas se realizaron "a costa de la SGAE y la protección legal que el sistema de derecho ofrece a su gestión, infringiendo el mandato legal de que el reparto de los derechos recaudados se efectúa equitativamente entre los titulares de las obras".
Al margen de las sociedades puestas bajo lupa, la SGAE cuenta con otra muchas sociedades que ahora también serán fiscalizadas, es el caso de Ibearautor, entidad que promociona las obras de los autores de la mano de seis subsidiarias: Cedoa, (Centro de Documentación y Archivo del patrimonio SGAE), especializado en zarzuelas, ópera y música sinfónica; la Editorial Autor, para obras de propiedad directa de la SGAE; el Sello Autor, que gestiona la actividad de los discos promocionales para su venta en la Tienda Autor y en el Portal Latino; el ICCMU, Instituto Complutense de Ciencias Musicales dedicado a concentrar la investigación musical, junto con la Universidad Complutense de Madrid, la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Cultura; el CIMEC (Centro de Investigación y Estudios de Mercados Culturales), que promueve el intercambio de opiniones sobre el consumo de la cultura; la Mutualidad de Previsión Social de Autores y Editores, entidad de cobertura de los autores y el Instituto de Derecho de Autor.
Todas las anteriores organizaciones conviven bajo el paraguas de la SGAE y fundación Autor sin aparente sombra de sospecha sobre su funcionamiento. No ocurre lo mismo con la Sociedad Digital de Autores y Editores (sDae), dedicada a tareas de investigación e innovación en tecnologías de la información al servicio del entorno de los autores (en los que también se incluye Portal Latino y Central Digital) y las referidas Microgénesis y Arteria, holding inmobiliario cuya deuda de más de 83 millones está avalada por la SGAE.