Economía

La banca espera contrapartidas si ayuda a Grecia: sin garantías no habrá acuerdo

Los bancos alemanes, cuyo gobierno les ha pedido que participen de manera "voluntaria" en el segundo plan de ayuda a Grecia, han empezado a imponer condiciones dejando entrever que las negociaciones serán arduas con los dirigentes europeos. Las claves de la crisis de Grecia: una guía para no perderse.

Estos últimos buscan la manera de salvar a Grecia de la quiebra por segunda vez en dos años, pero con el fin de evitar las críticas de los contribuyentes y de la opinión pública, esta vez quieren una participación de los acreedores privados con los bancos a la cabeza.

Concretamente, los gobiernos europeos esperan obtener de los bancos el compromiso de que comprarán obligaciones griegas cuando las que poseen lleguen a su término. Esto evitaría que Atenas tuviese que reembolsar a sus acreedores a corto y medio plazo y permitiría a un país moribundo ganar tiempo para obtener mayor credibilidad ante los mercados financieros, que por el momento sólo aceptan prestar a Grecia a unas tasas exorbitantes.

Para los bancos ésto significaría que reinvertir de lleno en un producto de riesgo antes que ser reembolsados. La forma voluntaria de este compromiso es crucial puesto que permitiría evitar que se perciba como una reestructuración de la deuda por las agencias de notación financiera.

Sin garantías no habrá trato

Pero "esperar un voluntariado sin contrapartida no tendrá éxito", vaticinó este martes un portavoz de la Asociación alemana de Bancos Públicos (VÖB). "Cada uno está listo a asumir sus responsabilidades", aseguró por su parte el presidente de la Federación de Bancos Privados (BdB), Michael Kemmer, en la emisores de radio Deutschlandfunk. Pero "es evidente que hace falta que seamos incentivados para hacerlo", insistió.

"Una posibilidad", según Kemmer, sería de garantizar las nuevas obligaciones griegas por otras obligaciones públicas de la zona euro, con el fin de mejorar la notación de la deuda del país. La agencia Standard & Poor's califica actualmente la deuda griega peor que la de Pakistán o la de Jamaica.

"Si no hay beneficio a obtener de su participación, los bancos no participarán en ese juego", estimó el profesor de la Escuela de Finanzas de Fráncfort, Horst Löchel.

Según este experto, "la única solución" es ofrecer mayores garantías en las nuevas obligaciones griegas, vía los Fondos Europeos de Estabilidad Financiera (FESF).

¿Qué acreedores contribuirán?

Pero por el momento, Berlín no está dispuesto a hacerle un regalo a la banca. Para el ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble el riesgo de suspensión de pagos de Grecia, incluso parcial, es un motivo suficiente para que el sector privado consienta en hacer un gesto con Atenas.

"Todo el mundo tiene interés en la estabilidad de Grecia", aseguró en una entrevista al semanario Die Zeit que se publicará el miércoles. El choque producido por la reestructuración de la deuda griega tendría un efecto similar al de una "bomba" en Europa, advirtió Löchel.

Los bancos privados franceses, que junto a los alemanes son los más expuestos a la obligaciones griegas con cerca de 20.000 millones de euros (casi 29.000 millones de dólares) entre las entidades de los dos países, se niegan a tomar partido en este debate, que consideran reducido al ámbito alemán.

En el plan de ayuda europeo que podría alcanzar los 100.000 millones de euros (144.000 millones de dólares), el sector privado (bancos, compañías de seguros y fondos de pensiones) deberían contribuir en más del 30%, estimó la pasada semana el ministro de Finanzas holandés.

Una previsión demasiado optimista para Löchel, para quien una contribución voluntaria del sector privado podría reunir "entre el 15 y el 20%" como máximo. A condición, eso sí, de obtener contrapartidas.

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