Un gran ataque cibernético contra el FMI quería robar información privilegiada, indicó el domingo un experto en ciberseguridad, en momentos en que la carrera para liderar el organismo que supervisa el sistema financiero global calienta motores.
La Oficina de Investigación Federal de Estados Unidos (FBI por su sigla en inglés) está ayudando a investigar el ataque al Fondo Monetario Internacional, el más reciente en una serie de robos cibernéticos contra empresas e instituciones de alto perfil.
"El ataque al FMI estuvo claramente diseñado para infiltrarse en el fondo con la intención de obtener 'información privilegiada' sensible", dijo a Reuters el especialista de ciberseguridad Mohan Koo, director gerente de Dtex Systems (Reino Unido), desde Londres.
Un memorando interno del 8 de junio desde el despacho del jefe de Información, Jonathan Palmer, dijo al personal que el fondo detectó transferencias sospechosas de archivos y que una investigación mostró que ordenador de mesa "estaba comprometido y era usado para acceder a algunos sistemas del fondo".
"En este minuto, no tenemos razones para creer que cualquier información personal fuera rastreada para propósitos de fraude", indicaba el documento.
Informados del ataque el miércoles
El periódico New York Times citó expertos informáticos diciendo que la junta directiva del FMI fue informada del ataque el miércoles, pese a que se venía desarrollando durante varios meses.
El FMI dice que sigue estando "completamente funcional" pero no quiso comentar la extensión del ataque ni la naturaleza del blanco de los invasores.
El ataque se conoció en un momento difícil para el prestamista mundial, que quiere reemplazar a su ex director gerente Dominique Strauss-Kahn, que renunció el mes pasado tras ser acusado de intentar violar a una camarera en un hotel.
La ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, es la favorita para reemplazarlo, pese a que el gobernador del Banco de Israel y ex vicedirector del FMI, Stanley Fischer, surgió como candidato a última hora, y el jefe del Banco Central mexicano, Agustín Carstens, es otro aspirante.