
El Consejo de Ministros ha dado hoy su visto bueno al Real Decreto-Ley de reforma de la negociación colectiva, tras el fracaso de las conversaciones entre los agentes sociales. Como principal novedad, sitúa el periodo máximo de la renegociación de los convenios que pierdan su vigencia en una horquilla de entre 8 y 14 meses.Así ha sido la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Según ha explicado en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, el plazo de ocho meses se aplicará para los convenios de hasta dos años y el 14 de meses para los de más de dos años.
Los plazos barajados hasta la fecha por el Gobierno a la hora de elaborar la reforma habían sido, primero de 20 meses y, después de entre 12 y 18 meses. Por su parte, los empresarios proponían un plazo de seis meses. Tras este periodo, se acudiría "automáticamente" al arbitraje.
Trabajadores protegidos
Gómez ha insistido en que "los trabajadores no pierden sus derechos cuando hay que reorganizar un convenio", ha aclarado Gómez. "Durante el periodo de cambio, excepto en los salarios, continúa vigente", recalcó.
En cuanto al resto de puntos, se han mantenido como se había planteado en el borrador. Valeriano Gómez ha señalado que "el convenio de empresa tendrá preferencia sobre los convenios provinciales", lo que supone la prevalencia del descuelgue salarial.
De esta forma, las empresas podrán modificar a la baja las condiciones de los sueldos fijadas en los convenios de ámbito superior (sectoriales o territoriales), aunque sólo cuando las perspectivas económicas de la empresa puedan afectar a las posibilidades de mantenimiento del empleo.
"Si hay dificultades la empresa puede optar por cambiar condiciones como los turnos y jornada y la posibilidad de negociar un convenio propio con independencia del convenio provincial", ha señalado el ministro de Trabajo.
Búsqueda del equilibrio
Al inicio de la rueda de prensa, Gómez ha afirmado que con este decreto ley se "culmina las reformas que el Gobierno emprendió con la reforma laboral" y ha hecho hincapié en la voluntad del Ejecutivo de acercar las posturas de los agentes sociales. "Es una norma que contiene un equilibrio esencial y da flexibilidad con seguridad y es especialmente necesaria para un país como España que destruye mucho empleo y le cuesta retomar la senda", ha señalado.
"Los textos escritos de los que el Gobierno ha dispuesto manifiestan una situación de cierta lejanía, pese al acercamiento que anunciaron días antes de que rompieran los acuerdos", indicó.