Cuando Brian Lenihan intervenga hoy en la Dáil iniciará oficialmente la cuenta atrás del Gobierno irlandés. El ministro del Tesoro presenta al Parlamento el Presupuesto más severo de la historia para intentar reanimar al herido terminal al que ha quedado reducido el Tigre Celta.
Sin embargo, en menos de tres años, el titular de Finanzas ha agotado los calificativos. Tras heredar el cargo por el ascenso a taoiseach de su tradicional aliado Brian Cowen, Lenihan ha cocinado ya hasta cuatro proyectos presupuestarios. El objetivo, atacar el agujero de las cuentas públicas. El resultado, la duda sobre las recetas.
Pese a situar su nombre entre los más denostados de la sociedad irlandesa, golpeada por recortes, subidas fiscales y el ataque al sistema de bienestar, el ministro fue incapaz de evitar el rescate internacional.
La batalla había comenzado con fecha de caducidad. Lenihan luchó en Bruselas y en casa, pero la intervención era cuestión de tiempo. Sus interminables diatribas con sus colegas comunitarios confirman, no obstante, su perfil luchador. Procedente de una dinastía política en la que figura desde su abuelo hasta su hermano, Lenihan es un rostro conocido.
Durante años ejerció como un portavoz indomable, cuyas palabras en cuestiones delicadas, como el proceso de paz en el Ulster, mezclaban la postura institucional con opiniones personales.
Desenlace final
Si de algo presumía hasta el rescate era de pulso. Aunque no asumió una cartera hasta las últimas elecciones, asistía a los Consejos de Ministros desde que en 2002 asumiese la Secretaría de Infancia. Su primer ministerio fue Justicia, el mismo ocupado por su padre en los 60. Un caso único que había comenzado en 1996, cuando accedió al Parlamento en unas elecciones parciales convocadas por la muerte de Brian Lenihan Sr.
Formado en Derecho, antes de enfrentarse a la peor crisis económica de la historia de Irlanda, había lidiado con polémicas como la normativa en pedofilia o complejas deportaciones.
Un entrenamiento para un puesto desde el que arriesgó al garantizar la cobertura a las deudas de los bancos. Una apuesta que ha unido inseparablemente el futuro del país al del sector financiero y con ramificaciones para su partido, que ha aceptado finalmente convocar elecciones una vez superado el Presupuesto.+
Las posibilidades de retener el poder son escasas, pero éstas podrían abrir una nueva puerta a Lenihan: el liderazgo de Fianna Fáil, siempre que su salud lo permita. Junto al reto de la crisis, protagoniza una batalla personal contra un cáncer de páncreas.